Una de las cosas que más me gusta de la meteorología es que pese a todos los increibles avances, sigue conservando un punto de imprevisibilidad, y eso es maravilloso, algo en lo que desde luego AEMET colabora bastante.
Esta tarde ha pasado algo muy poco habitual, y es que una línea de inestabilidad que avanzaba desde Segovia en dirección este-sureste, nos ha alcanzado de lleno, dejando poco aparato eléctrico, rachas de viento moderadas y lo mejor de todo, 3,2 litrazos que saben a gloria, más que nada por lo inesperado. Normalmente estos frentes mesoescalares se quedan estancados en la sierra, que los exprimen a modo de orinal, dejando agua a barlovento y sotavento, pero aquí desde luego no llegan, como mucho dejan algo en Colmenar Viejo y ya poco más avanzan...
En fín, lo dicho, un regalo.