Es imposible cambiar la política del agua en España, y menos ahora donde todo vale para paliar la crisis. Al Tajo y al Guadiana les toca seguir pagando el pato.
Y lo peor es que los habitantes de la ribera del Tajo no se "aprovechan" de ese desastre, sólo lo sufren. En fin, lo de este río es de juzgado de guardia.