Las nortadas dan nevadas muy intensas en zonas medias y altas cercanas al mar Cantábrico y a barlovento de la Sierra Cantábrica o los Montes Vascos. Esto es debido al recorrido marítimo que tiene el viento sobre el oceano Atlántico primero y después sobre el mar Cantábrico que lo carga de humedad, aunque lo que hace el recorrido marítimo aparte de humedecer una masa de aire que no es tan húmeda en su origen, es calentarla por la base, y por esto muchas veces, la mayoría, aunque nieve a 400 m, no baja de esta cota cerca del mar Cantábrico, por la relativa calidez del mar en invierno.
Cabe remarcar que a medida que nos alejamos de la zona de barlovento (al norte del eje de la cordillera cantábrica o los montes vascos) las nevadas pierden intensidad hasta que el aire es seco, por efecto föhn, y tenemos cielo nublado o con nubes altas y soplan vientos fuertes, como el cierzo en el valle del Ebro y ya no tienen nevadas. En Burgos a pesar de estar a sotavento de la Sierra Cantábrica las nevadas son bastante importantes con nortadas ya que no está muy lejos de la línea divisoria de la Sierra Cantábrica y no sopla cierzo.
En los Pirineos pasa más o menos lo mismo, si la nortada es potente y con aire húmedo puede nevar a sotavento, especialmente en los Pirineos Centrales y Occidentales, aunque ya a una distancia significativa del eje de la cordillera el aire ya es más seco y no llegan las precipitaciones. En el Pirineo de Girona (Pirineo Oriental Sur) la distancia entre el eje de la cordillera aún se acorta más, y casi nunca la nevada llega al fondo de los valles, al menos en el Ripollès, si que nieva algo en la Cerdanya.