Y tan cerca:
https://www.tiempo.com/ram/294392/las-praderas-marinas-del-mar-menor-casi-han-desaparecido/
Saludos

¿Y se sabe cuál ha sido la causa de esa eutrofización?

Algo tiene que haber cambiado para que haya pasado eso, pero no aclaran si es algo cíclico, o si tal vez dependa de la meteorología de los últimos meses en la zona o incluso si puede tener que ver con la actividad humana en el lago este último año.  Leyendo el artículo, parece que sigue en investigación y que las causas por ahora son desconocidas. Desde luego, tal y como está esa zona,  parece probable que la actividad humana tenga algo que ver, sin embargo la actividad humana lleva siendo muy intensa durante décadas y el cambio ha sido cuestión de un año (2015), por lo que la causa tiene que ser bastante más concreta.


Saludos y gracias por el artículo. Si no es inconveniente, lo muevo al subforo de "naturaleza y medio ambiente". 

Yo no es por apuntar siempre al mismo culpable pero tiene toda la pinta de que la presión humana está detrás.

Puede ser algo cíclico también, que debido a la alta concentración de vegetales hayan llegado al colapso del ecosistema y ahora vuelta a empezar con los supervivientes.

Veremos a ver qué dicen si siguen investigando...

Pues si, es altamente probable que un cambio en el uso de fertilizantes en la agricultura de la zona haya terminado por romper el equilibrio del ecosistema (Nitratos, fostafos...). La eutrofización es muy habitual en lagunas por esta misma causa, y si el aporte de fertilizantes es elevado, parece ser que también puede darse en lagos enteros e incluso en pequeñas áreas de algunos mares. Esto último he estado buscándolo, porque no sabía que este proceso pudiese darse con tanta facilidad en una masa de agua tan grande en un periodo de tiempo tan pequeño (es que es poco más de 1 año lo que ha tardado).

Si la causa fuese natural, probablemente acabe por compensarse, ya que en algún momento todas esas microalgas verdes agotarán el exceso de nutrientes y reducirán su población... De todas formas, si la causa es humana, o se ponen las pilas inmediatamente o eso acabará en desastre medioambiental. Estos procesos son imparables y suelen terminar con la destrucción total del ecosistema y a veces incluso del propio lago literalmente hablando, por sedimentación de la materia orgánica y ausencia de descomposición de la misma (no hay oxígeno para que los descomponedores puedan actuar con normalidad). En este caso esto último es difícil, puesto que el Mar Menor es bastante amplio y profundo, no es una charca ni una laguna cualquiera, pero el ecosistema puede acabar por extinguirse.

No lo habría expresado mejor, justo lo que yo quería decir rápido y mal.

Tengo la esperanza de que sea algo cíclico y se produzca un reajuste de los organismos al alcanzar poblaciones elevadas.

Esperemos que no tenga nada que ver con aportes humanos de desechos orgánicos,  fertilizantes o químicos industriales.

El caso del Mar Menor es la crónica de una muerte anunciada, y tiene que ver con el cambio de modelo agrícola del Campo de Cartagena, una enorme extensión de hasta 30.000 hectáreas cuyas aguas vierten a la laguna.

Llevo veraneando allí desde que nací, y he visto con mis psopios ojos la transformación de todo ese territorio desde un modelo de agricultura de secano tradicional a otro intensivo. En las tres últimas décadas, los almendros, el olivar, el cereal o los algarrobos han dado paso a cultivos hortícolas con un altísimo uso de abonos y fertilizantes. Esto se ha visto agravado con el uso de desaladoras particulares que extraen agua del acuífero salinizado y luego vierten las salmueras a canales que acaban vertiendo al Mar Menor una mezcla de nitratos, fosfatos, herbicidas y otros compuestos químicos. A eso hay que sumar los nutrientes que entran por vía subterránea, que se ha calculado son 9/10 de los mismos.

Como consecuencia, hace unos 20 años dio comienzo un proceso de eutrofización que se manifestó en un cambio en la composición faunística de la laguna, cuyo ejemplo más petente fue la proliferación de medusas. Éstas, que lo que hacían era filtrar los detritos y consumir el excedente de fitoplancton, eran retiradas por toneladas porque "molestaban a los bañistas". Ahora, la turbidez es tal que la pradera de fanerógamas ha dsaparecido del 85% del fondo marino (el Mar Menor tiene una profundidad máxima de apenas 6 metros), conduciendo a una anoxia generalizada que tiene difícil solución.

Hasta aquí la vertiente agrícola del asunto. Añádase ahora la proliferación de puertos deportivos, espigones, etc. que han modificado las corrientes. El exceso de embarcaciones a motor que remueven los fondos marinos. Los sedimentos de plomo y otros metales pesados que desde hace décadas se han ido depositando procedentes de la Sierra Minera. El desarrollo urbanístico descontrolado sin infraestructuras adecuadas de conducción y tratamiento de aguas residuales...

Un atentado ecológico en toda regla, de muy difícil solución, y que sin duda se estudiará en las universidades de todo el mundo en unas décadas. Para los que hemos podido disfrutar de ese paraíso en su esplendor es muy doloroso.