Saludos y buenos dias.
Intentaré aportar algunos datos que, aunque no son míos, si no del maestro Font Tullot, explican bastante bien el clima pasado.
Los hallazgos arqueológicos nos demuestran que la Península Ibérica ya estaba poblada hace unos 10.000 años, pero no es hasta el Paleolítico superior cuando el arte rupestre da testimonio de una brllante cultura en la que el hombre no sólo es cazador sino también un gran artista. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en las Cuevas de Altamira, en Cantabria.
El Paleolítico superior se inició hace unos 20.000 años, cuando la última edad glacial finalizaba su apogeo de forma que el clima de la tiera estaba condicionado por las capas de hielo que cubrían las regiones polares y subpolares y gran parte de las latitudes medias. Sobre Europa la capa principal, situada en Escandinavia, se extendía simétricamente hacia el sur. Por el este su borde meridional llegaba a los 45ºN y bastante más al norte se unía a la capa de hielo de Siberia; por el oeste avanzaba a través del estrecho del Mar del Norte (entonces prácticamente seco) hasta unirse a los glaciares británicos. La acumulación de hielo sobre la región de Golfo de Botnia llegó a alcanzar durante el apogeo de esta glaciación, un grosor de tres mil metros, cubriendo una extensión de más de cinco millones de kilómetros cuadrados. Fué ésta una capa entre muchas; la retención de tan vasta masa de agua redujo considerablemente el nivel de los mares, llegando a alcanzar, durante la última glaciación, 60 metros por debajo del nivel actual. Esto unido a que en algunas zonas continentales el tremendo peso del hielo deprimiera las superficies sobre las que descansaba, dio notables modificaciones en el perfil de las costas.
En Europa el borde meridional de la capa de hielo estaba situada entre los 60 y 50º de latitud, aunque de forma muy irregular, con muchos entrantes y salientes. Al sur de estas latitudes existían "islas de hielo", creadas por los sistemas montañosos que generaron sus propios glaciares que se extendían en mayor o menor medida desde sus cumbres. La más colosal era de los Alpes, que quedaron cubiertos por una capa que cubría una superficie de 30.000 Kms2 y que en los periodos más álgidos llego a tener un espesor de 5.000 metros. Mucho más pequeñas fueron las islas de hielo de los sistemas cantábrico-pirenaico, centeal y penibético y de otras tierras altas peninsulares, sin que llegasen a sepultar las montañas que las habian dado origen, aunque sí fueron suficientes para llenar de hielo los valles y cubrir las laderas.
Las consecuencias climáticas de la existencia de estas capas e islas de hielo, tanto a escala mundial como regional, fueron de gran envergadura; aunque todavía no se conozcan con suficiente exactitud, ya que siguen siendo temas de investigación, parace cierto que una de las principales consecuencias fue el desplazamiento hacia el sur de las zonas de máxima precipitación de las latitudes medias, lo que en la Península repercutió en un régimen de lluvias mucho más frecuentes y generalizadas de lo que son en nuestros tiempos. Este clima notablemente más lluvioso permitió el desarrollo de los bosques necesarios para la vida de los grandes rebaños de rumiantes que tan abundantemente sustentaban a los hombres de la edad de piedra.
No obstante también durante este periodo climático glacial el clima de la Península distaba mucho de ser uniforme, siendo muy notable su variabilidad tanto en el tiempo como en el espacio. En el se distinguen fases relativamente mas suaves que duraron siglos e incluso milenios, mientras que las variaciones de periodo más corto, decenal o anual, tuvieron amplitudes del mismo orden que hoy en dia. De todas formas los inviernos largos y muy severos y los veranos relativamente suaves constituyeron la característica principal del clima peninsular. Las mejores condiciones climáticas de los veranos permitieron que fuesen aprovechadas por los cazadores para aprovisionarse de alimentos que les permitiesen enfrentarse a las inclemencias del invierno.
Basándonos sobre las posibles características del paisaje vegetal de la península durante la Edad Glacial, deducidas de las investigaciones (entre ellas las de Schwarzbach), sobre las condiones reinantes en Europa dutante la glaciación Würm, se han podido delimitar las cuatro regiones climáticas principales sobre una Península de perfil algo desfigurado y de extensión algo mayor a la de nuestros dias, debido a que el mar tenia un nivel marcadamente inferior al actual.
- Región de clima de tundra subártica:
Incluye el norte y noroeste peninsular y las tierras altas del interior, estando muy poblada de árboles y arbustos. En las zonas más altas de los grandes sistemas orográficos, la tundra tendría el carácter de polar y alpino.
- Región de clima subártico:
Comprende esencialmente las dos mesetas y la depresión del Ebro, con predominio de los bosques característicos de las actuales regiones continentales subpolares.
- Región de clima templado atlántico:
Abarca las tierras bajas de la vertiente atlántica, al sur de los 41º de latitud.
- Región de clima templado mediterráneo:
Se extiende a lo largo del litoral desde cerca del estrecho de Gibraltar hasta los 41ºN, comprendiendo también las Baleares. Se distinguía de la anterior región en el régimen de precipitaciones que en conujunto eran menos abundantes. Esta clima templado hizo que posperase ya la típica vegetación mediterránea que vemos en nuestros dias.