En este reportaje no voy a poner fotos de paisajes espectaculares aunque los hay bien cerquita.Solo es el campo que rodea mi ciudad. Un campo lleno de viñedos que aún no han despertado del invierno aunque ya empiezan a dar sus primeros síntomas de vida.

Si algo caracteriza estos campos son sus viejos caserones...


Su llanura sin fin. Lo único que obstaculiza la vista es su propio alcance.


Su calma. ¿Dónde está la gente?


Y sus viñedos que bien labrados esperan con paciencia que llegue la primavera.


Algunas cepas ya tienen prisa por romper. En esta algunos pulgares ya están mojados porque hay circulación de savia. En esta tierra es un peligro por las heladas tardías.


También las hay en espaldera o emparradas.


Pero lo genuinamente auténtico de Tomelloso son sus bombos.


Se trata de una construcción realizada solo con piedras. Sus muros suelen superar la anchura de un metro y mantienen una temperatura casi constante durante todo el año. En verano en su interior es aconsejable tener una manta a mano para dormir la siesta mientras en al calle se llega casi a los 40ºC.


En otro reportaje hablaré mas detenidamente de ellos. Otro mas...


Aunque algunos se empeñan en seguir trabajando...


a mi se me hace tarde.


Ya casi llego.

Es todo.

Un saludo.

Joder, 1 metro de espesor en las paredes de los bombos enseguida las viñas estarán rebosantes de vida, espero fotos de ese momento