-------------------- Parte V --------------------- 24 Mayo 2005 ------------
Desde tiempos bíblicos se ha relatado que del cielo caían insectos, incluso uno de ellos con plagas.. Yo recuerdo, que en San Fernando, sobre 1984, estaba viendo Un, Dos ,Tres cuando lo presentaba Maria Gómez Kemp (no recuerdo
) y cayó un fuerte chubasco con granizo, pero además de eso, cuando escampó se vió que cayó millones de mosquitos grandes (como si fueran trasnportada desde Norte de África en una masa nubosa) cuando escampó y salió la luna que estaba llena, estaba plagado de mosquitos con una calma impresionante (y eso era en Ivierno)
Y muchos entendidos del tema se pregutan esto: ¿Fue un fenómeno semejante a éste el descrito en el Éxodo bíblico, presentado como una más de las muchas plagas que se abatieron sobre los egipcios?
El 21 de octubre de 1638, una fuerte tormenta estalló sobre la aldea inglesa de Widecombe-in-the-Moor, en el Devon, y una bola de fuego penetró en la iglesia. Destrozó el campanario y gran parte del edificio y causó heridas a 62 personas y la muerte de 4. Dicen las crónicas de la época que se extendió por el templo una espantosa fetidez que hizo pensar en la intervención del mismo Satanás. Muchos años antes de que esto sucediera, el 15 de octubre de 1090, el campanario de una iglesia de Winchcomb, Gloucestershire, fue golpeado por una bola de fuego que abrió en el muro un orificio grande como un hombre. Destrozó la cabeza y la pierna derecha de un Cristo crucificado. Siguió a esto una espantosa pestilencia, y así lo dejó escrito el historiador William de Malmesbury en sus Crónicas de los reyes de Inglaterra.
Más extraordinario sería lo sucedido el 10 de enero de 1877 en Memphis, Tennessee, que mereció una nota de la revista Scientific American del siguiente mes. Cayeron del cielo miles de serpientes cuya longitud oscilaba entre los 30 y los 45 centímetros. Charles Fort declaró que solamente supo de cuatro casos semejantes, frente a los 294 conocidos de ranas y peces. Por fortuna, las serpientes de Memphis no eran venenosas.
Informó el Buffalo Sunday Courier del 13 de enero de 1878: unos días antes cayó sobre Lockport, en el estado de Nueva York, una lluvia de lombrices, después de una nevada copiosa. Eran miles las lombrices y desaparecieron a los pocos minutos. Seguramente, se metieron bajo tierra, porque seguían con vida.
El New York Times del 2 de septiembre de 1878 informó sobre la lluvia de peces que cayó en Chico, California, en un día claro. Arthur Porter, que vivía en Lismore Showgronds, suburbio de Sydney, en Australia, descubrió el jueves 31 de enero de 1973 que la víspera llovieron unos 200 peces sobre su casa, largos de 15 centímetros. Estaban aún con vida unos y golpeados otros, como si hubieran caído desde muy alto.
En el 70 aniversario del viajero, Peter Mundy (explorador), escribió en una visita a Weymouth, Massachussetts en 1635:
"Cuando venía hacia la ladera de Weymouth, hallé sobre la hierba multitud de pequeñas de coonchas de caracoles de forma de cono. La gente decía ellos vieron caer fuera de Ayre, además caía sobre sus sumbreros cuando andaba por el campo. Lo más parecido a esto, son la lluvia de pequeñas ranas en la Isla de Jersey"
El 3 de septiembre de 1969 cayeron del cielo numerosas pelotas de golf sobre Punta Gorda, Florida, y estuvieron rebotando por las calles. El teniente Clarence Walter, de la policía local, investigó en el Club de Golf. Nada obtuvo en claro, fuera de enterarse de que también llovieron pelotas de golf en diversos puntos de la región. Esta curiosa lluvia no se compara con otra que cayó, en julio de 1984, en el jardín de una casa de Lakewood, California. Sólo cayó un objeto, de 10 kilogramos de peso, lanzando un agudo silbido, y fue a abrir un cráter de 1,20 metros de profundidad en el jardín de la casa de Fred Simmons. Se creyó que lo habían dejado caer desde un avión, pero no fue así. El objeto era un cohete que fue lanzado al espacio después de la II Guerra Mundial. Cómo tardó tantos años en alcanzar el suelo, fue este fenómeno un misterio que nadie supo explicar.
Siendo las 6 de la mañana del 11 de julio de 1979, un ruido ensordecedor despertó a los vecinos de Sioux Falls, Dakota del Sur. Creyeron que se trataba de los restos de un satélite artificial caído a tierra. Estaban en un error. Era una bola de color naranja, de 8 kilogramos, semejante a las que sirven para jugar a los bolos. El objeto no procedía de ningún satélite artificial ni de ningún avión.
Unos niños que jugaban en el rancho Hislop, en Grove City, Ohio, acababan de abandonar la casa, el 4 de marzo de 1983, cuando cayó del cielo un objeto. Era un pedazo de bronce con incrustaciones de carbono, de kilo y medio de peso y 15 centímetros. Los muchachos fueron a tocarlo. Estaba quemando. También en este caso se confirmó que ningún avión lo había dejado caer.
Esto sucedió en cerca de 2:30 P.M. de mayo el 3 de 2004.
"Mi hija y yo nos sentábamos afuera por la piscina en nuestra casa de verano en la playa de Júpiter, Florida, cuando comenzó a precipitar, que es común en la Florida por las tardes debido a la humedad. Miraba hacia fuera a través de la ventana de la cocina y vi estos pequeños insectos finos, negros, extraños del palillo uno por uno que aterrizaban en la tierra y que se movían y que se arrastraban. Llovió centenares sobre centenares de ellos en la piscina donde nadaban.
Curioso talayot
En otra exposición os pondré las explicaiones de expertos en el tema, como aquellos aeolitos, lluvia de sapos, insectos incluso de piedras...