Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático. (3ª Parte)

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Os voy a exponer un reportaje sobre los ciclos climáticos, espero que sea del agrado:

Hasta hace poco se descubrió científicamente el fenómeno del Niño, en la que afecta globalmente y que sólo se produce en una zona en especial desde Este de Australia hasta fachada de Chile, y este fenómeno se determina por un ciclo…

Descripción del fenómeno de El Niño.
En el océano Pacifico tropical, los vientos dominantes cerca de la superficie son del este y se denominan alisios. Tales vientos tienden a acumular el agua tropical más caliente hacia el lado oeste, es decir, en la región de Indonesia, etc.(Fig. 1a). Por ser la temperatura de superficie del mar elevada (>28°C) en esta región, el aire es más ligero formando una atmósfera inestable en la que hay gran formación de nubes y lluvias intensas. Por otro lado, el Pacifico tropical del este es en general mas frío (<27°C), por presentarse surgencias del fondo del océano, las cuales son ricas en nutrientes, razón por la cual algunas de las pesquerías más ricas se presentan frente a las costas de Perú. Sin embargo, la presencia de aguas relativamente frías inhibe la formación de nubes por lo que en las costas de Perú y Chile solo se tienen nubes estratos bajas que producen muy poca lluvia.



Durante años de Niño o ENOS, los vientos alisios en el Pacífico se debilitan por lo que las aguas más calientes del Pacífico tropical, generalmente confinadas a la región del Pacífico del oeste, se esparcen a lo largo del ecuador y por tanto, las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico central y del este son mas elevadas en uno o dos grados centígrados (Fig. 1b). Aunque no parece un gran aumento en la temperatura del océano, la cantidad de energía (calor) que esto involucra si lo es (baste imaginar la cantidad de agua anómalamente caliente que esta involucrada).



Con la aparición de una zona de agua caliente en el Pacífico central y del este, la región de mayor actividad convectiva, es decir la zona de mayor formación de nubes cumulunimbus profundas y precipitaciones más intensas, se desplaza hacia esta parte de los trópicos. Tal corrimiento en la zona más lluviosa no se debe a mayor evaporación in situ, sino a que la convergencia de humedad se da ahora en esta región. Con tales cambios, donde antes llovía poco (por ejemplo, en las islas del Pacífico o frente a las costas de Perú y Ecuador) ahora se producirán lluvias intensas e incluso inundaciones, mientras que donde antes llovía mucho lloverá menos durante El Niño, como en el Pacífico del oeste (Indonesia, norte de Australia, Filipinas). Incluso los huracanes que afectan por lo regular a Filipinas, Taiwan, etc., comienzan a formarse cerca de Thaiti, Fiji, etc., causando graves daños a la población.



La influencia del ENOS se siente también en regiones alejadas del Pacifico tropical. En el nordeste del Brasil, se producen sequías intensas con un consecuente impacto en la agricultura. En Australia, la agricultura y ganadería también resultan afectadas por la sequía por lo que se implementan planes de emergencia ante avisos de ocurrencia de El Niño. De manera similar, en California se establecen planes de prevención de desastres ante las fuertes lluvias de invierno e inundaciones que aparecen durante inviernos de Niño. Los costos de tales impactos se calculan en cientos de millones de dólares.



Además de el fenómeno de El Niño, se habla de su contraparte, La Niña, que corresponde a anomalías negativas en la temperatura superficial del Pacifico tropical centro-este. Al parecer, este fenómeno provoca eventos climáticos contrarios a lo experimentado durante El Niño, por ejemplo, en algún lugar de Pacífico tropical (e.g. Australia), en vez de sequía durante El Niño, lloverá mas de lo normal durante La Niña. No es completamente claro sin embargo, que los efectos en el clima en otras regiones del planeta sean simétricos durante El Niño y La Niña. Incluso, hoy es mas claro que aunque el clima durante años de Niño tiende a ser anómalo en cierta dirección (más lluvias, huracanes, etc.), hay grandes variante en las respuestas climáticas regionales de un año de Niño a otro, por lo que se habla de la no-linearidad del sistema océano-atmósfera.



Frecuencia del Niño y La Niña.

A continuación os pongo datos pluviométricos que hacen pensar de ese ciclo… veréis como en la media se ve oscilaciones regulares….



Y a continuación pluviometría de los últimos 200 años del observatorio de San Fernando, y media en Andalucía en los últimos 30 años…
« Última modificación: Viernes 03 Junio 2005 18:32:48 pm por FX2000 »

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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático.
« Respuesta #1 en: Sábado 12 Marzo 2005 12:19:04 pm »
Datos de los últimos 40 años en Andalucía y comparados por provincias...

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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático.
« Respuesta #2 en: Sábado 12 Marzo 2005 12:21:34 pm »
Aunque en los últimos años y venideros, si se expele más CO2 podría haber unos ciclos muy diferentes…

Desde los años 80, muchos climatólogos han afirmado que las actividades humanas han causado que la temperatura cercana a la superficie aumente más y más rápido que en ningún otro momento de la historia. Dicen que las emisiones industriales de dióxido de carbono a la atmósfera pronto darán por resultado un desbocado efecto invernadero y un calentamiento de consecuencias catastróficas para la biosfera. Hacia el 2100, dicen ellos, la concentración de dióxido de carbono de en la atmósfera se duplicarán, cau-sando que la temperatura media de la Tierra se eleve en 1,9º C a 5,8º C, y en las regiones polares en más de 12º C

De hecho, los recientes desarrollos del clima no son algo desusado, ellos reflejan un curso natural de eventos planetarios. Desde tiempos inmemoriales, los ciclos alternados de frío y calor se han seguido unos a otros, con una periodicidad que va desde decenas de millones a unos pocos años. Los ciclos dependieron, muy probable-mente, de los cambios extraterrestres que ocurrían en el Sol y en sus proximidades.



Cambios a corto plazo – aquellos que ocurren en pocos años – son causados por factores terrestres tales como las grandes erupciones volcánicas, que inyectan polvo a la estratosfera, y el fenómeno El Niño, que depende de las variaciones de las corrientes oceánicas. La energía térmica producida por los radio nucleidos que están presentes en la capa de 1 km de espesor de la corteza terrestre, contribuyeron con unos 117 kilo joules anuales por metro cuadrado de la primitiva tierra. Como resultado del decaimiento de estos radio nucleidos de larga vida, su contribución anual es ahora de sólo 33,4 kilo joules por metro cuadrado. Este calor nuclear, sin embargo, juega un rol menor entre los factores terrestres, en comparación con los “gases de invernadero” causados por algunos gases atmosféricos, y la radiación solar reflejada desde la superficie de la tierra. Sin el efecto invernadero, la temperatura media cercana a la superficie sería de -18º C, y no +15º C, como es ahora.



El más importante de estos gases de invernadero es el vapor de agua, que es responsable del casi el 96 al 99% del efecto invernadero. Entre los demás gases de invernadero (CO2, CH4, CFCs, N2O, y O2), el más importante es el CO2, que contribuye con sólo el 3% de todo el efecto invernadero.[11, 12] Las contribuciones humanas de CO2 a este efecto podrían ser de entre 0,05 a 0,25%.

Estamos actualmente a la mitad de la vida del Sol, unos 5 mil millones de años desde su formación, y unos 7 mil millones de años antes de su contracción en una caliente enana blanca[14], cuyo calor achicharrará a la Tierra, matando toda la vida sobre ella. Al comienzo de la carrera del Sol, su irradiancia era un 30% más baja que ahora. Esta es con toda probabilidad, una de las razones para los períodos fríos Precámbricos. En 1989, Joseph Kirschvink encontró rocas de 700 millones de años de antigüedad cerca de Adelaide, Australia, que mantenían trazas de los pasados glaciares. Sin embargo, la señal magnética de estas rocas indican que en ese tiempo, los glaciares estaban ubicados en el Ecuador. Esto significa que toda la Tierra estaba entonces cubier-ta de hielo. En 1992, Kirschvink llamó a esta etapa del planeta la “Tierra Bola de Nieve”, y encontró que este fenómeno ocurrió muchas veces en el período Precámbrico. Uno de tales períodos “Tierra Bola de Nieve” apareció hace 2.4 mil millones de años.



Aunque grandes glaciaciones redujeron de manera drástica la productividad biológica, el sucesivo derre-timiento de vastas cantidades de hielo oceánico provocó un enorme florecimiento de las cianobacterias, que produjeron inmensas cantidades de oxígeno. Éste era altamente tóxico para la mayor parte de los organismos que vivían entonces.

Tanto la atmósfera de oxígeno como el increíblemente eficiente mecanismo protector de reparación del ADN, desarrollado en esta época tan antigua, fueron probablemente inducidos por los dramáticos cambios en el clima. Durante el Fanerozoico, (los último 545 millones de años), la Tierra pasó por ocho grandes ciclos climáticos, cada uno de ellos de unos 50 a 90 millones de años. Cuatro de ellos (“Iglúes”), fueron unos 4º C más fríos que los cuatro más cálidos (“Invernaderos”).



Estos largos ciclos fueron muy posiblemente causados por pasajes del Sistema Solar a través de los brazos de la espiral de la Vía Láctea. En su trayectoria, el Sistema Solar pasó a través de áreas de intensa creación de estrellas, con frecuentes explosiones de novas y supernovas. En estas regiones, la intensidad de la radiación cósmica galáctica que llegaba a la Tierra era hasta 100 veces más alta que el promedio. El mayor nivel de la radiación cósmica en la troposfera de la Tierra causa mayor formación de nubes, que reflejan la creciente radiación solar de regreso hacia el espacio. Esto da por resultado un clima más frío (ver más abajo). Entonces el Sistema Solar viaja a través de áreas más quietas donde la radiación cósmica es más débil, se forman menos nubes en la troposfera, y el clima se calienta.

Sobre estos ciclos climáticos desmesuradamente largos, de decenas de millones de años cada uno, (Figura 1) se superponen ciclos más cortos que refuerzan o debilitan a los más largos. Durante el pasado millón de años hubo de 8 a 10 Edades de Hielo, cada una de sólo 100.000 años de duración, intercaladas con cortos períodos interglaciares de unos 10.000 años cada uno.



Temperaturas desde 1400.

Durante los últimos sesenta añoss e ha observado también un debilitamiento en los huracanes…



Al revés de las predicciones computarizadas de “los calentadores”, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, el más importante entre los gases de invernadero producidos por el hombre, estaban fuera de fase con los cambios de las temperaturas del aire cercanas a la superficie, no sólo recientes sino también en el pasado distante. Esto se ve muy claramente en las muestras de hielo extraídas de Groenlandia y la Antártida, donde las altas concentraciones de CO2 en las burbujas de aire preservadas en el hielo polar aparecen de 1.000 a 13.000 años después de un cambio en la composición isotópica de H2O, señalando el calentamiento de la atmósfera.

En tiempos remotos, la concentración de CO2 de la atmósfera ha sido mucho más alta que ahora, sin ningún impacto dramático sobre la temperatura. En el período Eoceno, (hacen 50 millones de años), esta concentración era 6 veces más alta que ahora, pero la temperatura era de apenas 1,5º C más alta. Durante el Período Cretáceo (90 millones de años atrás), la concentración de CO2 era 7 veces más altas que hoy, y durante el Carbonífero, (340 millones de años), el CO2 era casi 12 veces más abundante. Cuando las concentraciones de CO2 eran 18 veces más altas que hoy, 440 millones años atrás (durante el Ordovícico), los glaciares existían en los continentes de ambos hemisferios.



A finales del Siglo 19, la cantidad de CO2 descargada a la atmósfera por la industria mundial era 13 veces menor que hoy. Pero el clima de esa época se había calentado como resultado de causas naturales emergiendo de una Pequeña Edad de Hielo de 500 años, que prevaleció desde el 1350 hasta el 1880, aproximadamente. Esto no fue un fenómeno regional Europeo, sino que se extendió a lo largo y ancho del mundo. Durante esta época la temperatura media global era de 1º C menos que ahora. Se organiza-ban festivales sobre el Río Támesis congelado, y la gente viajaba desde Polonia hasta Suecia, cruzando el Mar Báltico en trineos y permaneciendo en las noches en tabernas construidas con hielo, sobre el mar helado.

Todo esto fue precedido por el Calentamiento Medieval, que duró más de 300 años (900 al 1100), durante el cual la temperatura alcanzó su máximo (1,5º C más alta que hoy) hacia el año 900. Tanto las Pequeña Edad de Hielo como el Período Cálido Medieval, no fueron fenómenos regionales como lo implica el estudio de Mann y sus coautores [32], sino que fueron globales y fueron observados en el Océano Atlántico Norte, en Europa, Asia, Sud América, Australia, y la Antártida.

Durante el Calentamiento Medieval, las fronteras boscosa de Canadá llegaba 130 kilómetros más al norte que hoy, y en Polonia, Inglaterra, Holanda, y Escocia, florecieron los viñedos para fabricar vinos de Misa -sólo para ser destruidos por la pequeña Edad de Hielo. Más temprano todavía, de 3.500 a 6.000 años atrás, ocurrió un duradero Calentamiento Holoceno, cuando la temperatura del aire excedía a la actual en 2º C.

Revisando esta Historia y según los cálculos, pues daría con esta gráfica simulada.



El estudio de Plyakov también llega a la conclusión que la tendencia al calentamiento, por sí sola, no puede explicar el retroceso del hielo del Ártico observado en los años 80 y 90, que fue probable-mente causado por el cambio de los patrones de la presión atmosférica de anticiclónicos a ciclónicos.

El mecanismo de los cambios del hielo marino es increíblemente complejo, y es sumamente difícil diferenciar a la más bien corta influencia antropogénica del fondo natural de fenómenos, que son tanto de corto y largo plazo. Dependiendo del período de tiempo estudiado, los registros que contienen de sólo unos pocos años a unas pocas décadas de datos, rinden tendencias diferentes. Por ejemplo, Winsor informó que seis viajes de submarinos entre 1991 y 1997, cruzando la Bacia Central Ártica desde 76ºN a 90ºN y alrededor del Polo Norte (encima de 87ºN), encontró una ligera tendencia al aumento del espesor del hielo marino. En 1999, 2001 y 2003, Vinje [41, 43] revisó observaciones de la extensión del hielo en los mares Nórdicos, mediciones hechas en abril de 1864-1998, y también hacia atrás en el tiempo 400 años completos.



La extensión del hielo marino ha disminuido un 33 por ciento durante los últimos 135 años. Sin embargo, casi la mitad de esta disminución fue observada durante el período 1864-1900. la primera mitad de esta declinación ocurrió durante un período cuando la concentración de CO2 en el aire creció sólo 7 partes por millón en volumen (ppmv), mientras que la segunda parte de la declinación, el contenido de CO2 creció más de 70 ppmv. Esto sugiere que el crecimiento del contenido de CO2 en el aire no tiene nada que ver con la cobertura del hielo marino. Vinje afirma que “los derretimientos anuales de la magnitud observada después de 1930 no se han observado en el Mar de Barents desde el óptimo de temperatura del siglo 18,” que fue seguido de “una caída de las temperaturas medias del hemisferio norte de unos 0,6º C durante las últimas pocas décadas del siglo 18,” temperatura que ha sido recientemente borrada por “un crecimiento de unos 0,7º C durante el período 1800-2000.”

En consecuencia, el Hemisferio Norte no parecería ser más caliente ahora (y la extensión de la cobertura de hielo del Mar de Barents no mucho menor ahora) que lo que fue durante los años del 1700s, cuando las concentraciones de CO2 se afirma que eran de 90 a 100 ppmv más bajas que ahora.



Aún las determinaciones de alta sensibilidad de corto plazo de la temperatura de la superficie o de la cobertura del hielo marino, cubriendo una o dos décadas (por ejemplo, las observaciones satelitales entre 1981 y 2001, que aparecen en la edición del Journal of Climate de Nov. 1, 2001, mostrando una declinación del 9 por ciento por década del hielo marino), no so la mejor base para la determinación del impacto provocado por el hombre en el clima de las regiones polares. Esto es válido también para los estudios Antárticos, donde durante los pasados 18 años la tendencia neta del borde medio del hielo marino se ha expandido hacia el norte en 0,01 grado de latitud por año, indicando que la extensión global del hielo marino puede estar en aumento.

También, en las regiones interiores de la Antártida, después de 1841, se ha observado un enfriamiento o sino ninguna tendencia. En la base Amundsen-Scott del Polo Sur, desde 1957 a 2000, la temperatura disminuyó aproximadamente 1,5º C, aunque la concentración de CO2 aumentó durante este período desde 313,7 ppmv hasta menos de 360 ppmv (Figura 7). La disminución de la temperatura puede estar relacionada con la Oscilación de El Niño,[47] y con la declinación en la cantidad de radiación solar que llega a la Antártida (0,28 watt/m2 anuales entre 1959 y 1988).

Los rayos cósmicos también tienen incidencia en las temperaturas…

Las variaciones de la temperatura atmosférica no siguen los cambios de las concentraciones de CO2 y otros gases insignificantes en la atmósfera. Sin embargo, las variaciones son consistentes con los cambios en la actividad del Sol, que discurre en ciclos de 11 años y 90 años de duración. Esto ha sido conocido desde 1982, cuando se notó que en el período 1000 a 1950, la temperatura del aire siguió de manera muy estrecha la actividad cíclica del Sol. Información de 1865 hasta 1985, publicada en 1991, exhibió una asombrosa correspondencia entre la temperatura del hemisferio Norte y el ciclo de 11 años de la aparición de manchas solares, que son una medida de la actividad del Sol. Las variaciones en la radiación solar observadas entre 1880 y 1993 pueden tomar cuenta del 71% de la variación en la temperatura media global (comparada con el 51% de la parte de sólo los gases de invernadero), y corresponde a una variación global de la temperatura de unos 0,4º C.


 
Sin embargo, en 1997 se hizo súbitamente aparente que el decisivo impacto sobre el clima y los cambios en la fluctuación no provienen del Sol sino de la radiación cósmica.  Esto vino como una gran sorpresa porque la energía traída a la Tierra por los rayos cósmicos es mucho menor que la de la radiación solar. El secreto reside en las nubes.  El impacto de las nubes sobre el clima y la temperatura es más de cien veces más grande que el del dióxido de carbono.  Aún si se duplicaran las concentraciones de CO2 de la atmósfera, su efecto sería cancelado por un mero aumento del 1% de la nubosidad: la razón simplemente es que la mayor nubosidad significa una mayor deflexión de la radiación solar que llega hasta la superficie de nuestro planeta.

Hay muchísimas variables que se nos escapan, y es complejísimo el mecanismo de los ciclos y el clima... Otros estudios abarca la influencia de la Luna sobre los ciclos climáticos que aún no se da el visto bueno, aunque en uno de mis Topic me referí a este tema de la Influencia de la Luna en la Meteorología.

Esto ha sido todo :D

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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático.
« Respuesta #3 en: Sábado 12 Marzo 2005 12:40:45 pm »
Currado trabajo, el que has realizado, interrelacionando los fenómenos climáticos... aún queda mucho que estudiar, sobre como nos influencia el Niño y la Niña en Europa Occidental, u otras influencias de las que hablas...

 :o
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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático.
« Respuesta #4 en: Sábado 12 Marzo 2005 12:56:55 pm »
Muchas gracias pro tu exposición  :D :D

Tan sólo qeuría añadir un comentario muy puntual





Esa gráfica tiene una pequeña incorrección en el año 2000 la anomalía ya llegaba a los 0'35ºC bastante más que los 0'15ºC que ahí marcan.




Es más, en los últimos 5 años, la anomalía media ya ronda entre los 0'5 y 0'6º C

Es decir, ahora hay la misma anomalía aproximadamente que en el Óptimo Medieval, pero con la diferencia de que aquella vez se podía explicar por un incremento de la radiación solar y ahora ha coincidido en un período solar más bien frío que no cálido, por tanto es necesario introducir la hipótesis del efecto del incremento sustancial del CO2, al cual achacamos un 60% de la causalidad del actual calentamiento global.

Saluts!  ;)

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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático.
« Respuesta #5 en: Sábado 12 Marzo 2005 13:09:11 pm »
Un dato alaramnte es este:





Si no me equivoco, la concentración actual (2003) de CO2 está entorno al 370 ppm, la concentración más alta de los últimos 400 mil años.

Es decir, la Tierra ha tenido ciclos cálidos y ciclos fríos que han hecho que el CO2 variase de media entre 200 y 280 ppm, es decir, son ciclos de amplitud de 80 ppm, con un período de unos 100 mil años.

Nosotros hemos incrementado 80 ppm en 100 años, porque ahora andaremos ya por los 380 ppm.



Saluts!  ;)

Destraler El Blanc

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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático.
« Respuesta #6 en: Sábado 12 Marzo 2005 14:31:13 pm »
Vaya, excelente reportaje FX2000.

Intentaré leermelo con detenimiento y si acaso ya aportare lo que pueda. Como sabes, es un tema que me interesa bastante.

Un saludo.

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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático. (2ª Parte)
« Respuesta #7 en: Martes 15 Marzo 2005 13:35:32 pm »
La inclinación, también produce ciclos, ya que sólo la  variación de un par de grados de inclinación puede conllevar a  una era Gracial.

Otros factores que afectan el clima de la Tierra son los  Seculares, producidos por la variación del ángulo de  inclinación del eje de giro (de 22° a 24,5° en lapsos de  41.000 años) y la variación de la Excentricidad de la órbita  de la Tierra (de 0,001 a 0,0658 en lapsos de 100.000 años).



La excentricidad (e) de la órbita es el grado circularidad de  la misma. Cuando es menor, la órbita es más circular. A mayor  excentricidad, se incrementan los porcentajes de iluminación  del Sol, influyendo sustancialmente en el clima planetario.



Otro factor que afecta al clima de la Tierra, son las  corrientes oceánicas y atmosféricas. Estas introducen cambios  no ciclicos y en lapsos de tiempo menor. La figura ilustra el  comportamiento de las corrientes atmosféricas, discriminadas  en celdas conocidas con el nombre de Celdas de Hadley, en  honor a J. Hadley quién las describió en 1735. Los mismos  actúan como un regulador de la temperatura del planeta.  
En los actuales momentos la  temperatura promedio de la Tierra  es de 288 K.
 


La Tierra, al igual que todos los cuerpos condensados en el  Universo, no es una esfera perfecta, sino un elipsoide de  revolución. Esto quiere decir que existe diferencias entre el  diamétro polar y ecuatorial. Para la Tierra, el diámetro  ecuatorial supera al polar en 43 kilómetros.



Esta situación, aunada a la inclinación del eje de giro del  planeta (23°27´) hace que el abultamiento ecuatorial no se  encuentre dirigido permanentemente hacia el Sol. La fuerza  combinada que produce el Sol y la Luna, por enderezar el eje  de giro de la Tierra, produce el movimiento de Precesión (del  latín precedere, preceder, ir adelante), especie de cono que  produce el eje de giro de la Tierra, similar al giro de un  trompo, y que dura 25.765 años (año platónico).


 
Como la dinámica del movimiento entre la Tierra y la Luna  todavía no se encuentra totalmente estable, todas las posibles  posiciones que asume la Luna en su traslación en torno a la  Tierra, conocido como toroide de traslación, introduce un  movimiento nuevo que se superpone a la Precesión y que se  conoce con el nombre de Nutación (del latín nutare, oscilar,  cabecear). La Nutación produce variaciones elipsoidales en  torno a la Precesión, con un tamaño de 9,21 X 7 segundos de  arco.

Causas astronómicas: los ciclos de Milánkovitch



El astrónomo yugoslavo Mílutin Milánkovitch, en las  décadas de 1920 y 1930, calculó las variaciones de insolación  en la Tierra resultantes de cambios en los movimientos de  traslación y de rotación de la Tierra y propuso un mecanismo  astronómico para explicar los ciclos glaciales que constaba de  tres factores: la inclinación del eje de rotación terrestre,  la forma de la órbita terrestre y la precesión.

La inclinación del eje de rotación terrestre, fluctúa  desde los 21,5º hasta los 24,5º en períodos de 41.000 años. Al  aumentar la inclinación resultan más extremas las estaciones  en ambos hemisferios.



La forma de la órbita terrestre, con menor intensidad,  también afecta a las variaciones estacionales. En períodos de,  aproximadamente, 100.000 años, la órbita se alarga y se  acorta. La excentricidad de la órbita terrestre varía desde el  0,5%, correspondiente a una órbita prácticamente circular, al  6% en su máxima elongación. Cuando la elipse alcanza su  excentricidad máxima se intensifican las estaciones en un  hemisferio y se moderan en el otro.



Se considera que la variación de la excentricidad de la órbita  terrestre ejerce un efecto mucho más débil sobre la intensidad  de radiación solar por que su contribución directa al cambio  de irradiación sobre la Tierra es menor que el 0,1%. Sin  embargo la frecuencia de las últimas glaciaciones es cercana a  los 100.000 años.



La precesión del eje de rotación de la Tierra describe una  circunferencia completa cada 25.790 años. La precesión es  responsable de que el verano de un hemisferio caiga en un  punto de la órbita cercano o lejano al Sol. Se produce es un  refuerzo de las estaciones cuando la máxima inclinación del  eje terrestre coincide con la máxima distancia al Sol.



Apoyándose en esta teoría, Vladimir Koeppen sugería que lo  que conduce a una glaciación no se una sucesión de inviernos  rigurosos, si no la reducción de la insolación en verano, que  dificultaría la fusión de los hielos formados en el invierno.

Los ciclos de actividad solar



La temperatura media de la Tierra depende, en buena  medida, del brillo del Sol. Y de la cantidad de radiación que  llega a la Tierra. Esta cantidad de radiación depende de las  manchas solares. Las manchas solares son zonas oscuras sobre  la superficie del Sol, cuyos tamaños pueden superar varias  veces al de la Tierra. Se trata de zonas relativamente más  frías. Hay registros chinos de observación de manchas solares  desde hace más de dos mil años, aunque se atribuían a objetos  interpuestos, como pájaros o a algún planeta interior, como  Mercurio o Venus. Las primeras observaciones telescópicas de  las manchas solares se realizaron alrededor del año 1610 y se  produjeron casi simultáneamente en distintos países europeos.


Desde 1987
 
En 1908 George Ellery Hale demostró que las manchas  solares se hallan asociadas a fuertes campos magnéticos. Las  manchas solares aparecen en parejas que poseen polaridad  opuesta, una norte y otra sur, como si fueran los polos de un  gigantesco imán. Los altísimos campos magnéticos entre un par  de manchas solares se visualizan por la luz que emite la  materia altamente ionizada que arrastran. La actividad del Sol  también se manifiesta en las fulguraciones y el viento solar,  que proyectan partículas subatómicas hacia el espacio  interplanetario. Este flujo de partículas es responsable de  buena parte de la radiación cósmica que bombardea a nuestro  planeta. En 1843 Heinrich Schwabe, advirtió de que el número  de manchas registradas no era constante a lo largo del tiempo,  sino que aumentaba y disminuía en ciclos de, aproximadamente,  once años. Últimamente se ha descubierto que el máximo es  doble es decir, pasado el máximo absoluto y comenzado el  descenso al año siguiente hay un máximo secundario.



Pero los ciclos de once años son muy cortos para reflejar un  cambio en la atmósfera, debido a la inercia a mantener el  clima de esta. Además, las variaciones que tienen lugar en  este ciclo son muy débiles. La actividad del sol tiene otro  ciclo de 80 años, ciclo de Gleissberg. La variación es más o  menos de la magnitud que los ciclos de once años, pero al ser  un período más largo la atmósfera sí puede mostrar su  influencia. A este fenómeno de atribuye el mínimo de Maunder.

Ya observáis que hay muchísimas variables de ciclos de  variación climática.   ;)

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Re:Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático. (2ª Parte)
« Respuesta #8 en: Viernes 18 Marzo 2005 02:05:49 am »
 :D :D Enhorabuena por la exposición y muchas gracias por compartirlo  ;)

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Re: Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático. (3ª Parte)
« Respuesta #9 en: Viernes 03 Junio 2005 18:32:01 pm »
Muy buenas...

Os expongo un enlace que habla muy extendidamente de los ciclos e incidencias del cambio climático, con muchas imágenes, gráficas, enlaces y textos extensos pero precisos  ;)

Página con extensa información del cambio climático

Y viene bien al tema del oscurecimiento que está produciendo los gases que echamos a la atmósfera, que se habló en Documentos TV y que tantos Topics, han sacado del mismo tema.  ;)

Desconectado Alvaro2

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  • la atmósfera es mi hogar
Re: Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático. (3ª Parte)
« Respuesta #10 en: Viernes 03 Junio 2005 18:54:04 pm »
Muy buen material para leerlo con calma estas vacaciones. ;)

Saludos
Puente de Segovia (Madrid capital)...
"San Isidro labrador quita el agua y saca el sol"

Destraler El Blanc

  • Visitante
Re: Los ciclos climáticos y la incidencia del cambio climático. (3ª Parte)
« Respuesta #11 en: Viernes 03 Junio 2005 20:46:51 pm »
Al archivo y a esperar un hueco para leerlo detenidamente. Gracias por el trabajo FX2000