Los lugares donde Madoz cita el oso se ubican cerca o inmersos en la zona donde se hallan -o se hallaban- las masas boscosas más importantes de la zona.
El Acebo: cerca de la zona de Compludo y del bosque de las Tejedas (que tiene una longitud de 10 km).
Manzanedo de Valdueza: próximo al valle del Silencio y el valle del Oza...
Llamas de Cabrera: en la zona impenetrable del Sierro, Silván y ermita de Santa Elena.
Marrubio: en la zona boscosa de Río Cabo, considerado "monte ejemplar" por los técnicos de la Junta de Castilla y León...
Casayo: bosques de La Bruña, Val de San Gil y Fojo Castaño... En la época de Madoz se debiera incluir Os Vales (hoy destruidos).
Vega del Castillo: Sierra de la Velilla, donde ha sido detectado el lince y el oso en los últimos treinta años. Conecta sus robledales con la zona de Morla y no está lejos de los robledales de La Carballeda.
El oso histórico, de hace 100 u 130 años, no recorría Sanabria como puedes pensar. Generalmente, viniendo de los municipios de A Veiga y Carballeda (donde se ubica el pueblo de Casayo), entraba en el municipio de Porto y se entretenía en el término municipal de Lubián, para desde allí alcanzar el valle del Tuela, la sierra de la Gamoneda y hasta algún ejemplar podía, incluso, entrar en territorio lusitano. Algún otro se acercaba a la zona de San Ciprián e incluso hasta Ribadelago, donde los cazadores abatieron alguno en los primeros años del siglo XX. No obstante, la zona, a mi parecer, mejor para la especie, la constituía la de Vega del Castillo, por albergar en su seno el famoso monte de Velilla y estar próxima a Morla, Truchillas y Castrocontrigo
Es cierto que los bosques presentaban antaño una extensión similar a la existente, como se puede comprobar consultando los primeros mapas topográficos del Instituto Geográfico Catastral de finales del XIX y XX. Pues bien, consultados los mapas de principios del siglo pasado, se aprecia esas mismas manchas (en algunos puntos hoy más extensas por causa del abandono de los pueblos y las aldeas). Esos mismos mapas dibujaban un monte de pinos de Tabuyo inmenso, con límites en Morla, Castrocontrigo y Tabuyo. Que la Administración Forestal plante pinos en este sector, como un autómata, no nos puede engañar sobre las condiciones ecológicas de esta zona que antes del incendio de 1998 poseía 15.000 hectáreas de monte continuo. Curiosamente, estuve en este bosque antes de ayer y contiene zonas salvajes como pocas. Me encontré en una zona donde los pinos podían tener una antigüedad de 100-150 años y donde hallamos en la ribera de un arroyo, un aliso joven, tronchado por la mitad, de tal forma y con tanta fuerza que me hace pensar que había sido el oso el causante... Aunque no podría asegurarlo al cien por cien.
E insisto: en la Maragatería y en la Valduerna existen también buenos rodales de melojos y encinas (alguno con varios kilómetros de longitud). Cierto que la situación arbórea de esta zona oriental era más pobre hace 50 u 70 años.