El miércoles por la tarde se registraron varias tormentas en la provincia de Huesca, que se localizaron principalmente en el Pirineo y que no tuvieron consecuencias significativas. Sin embargo, “un tornado”, según la calificación de algunos vecinos Robres, ocasionó importantes desperfectos en tres granjas de porcino próximas a la localidad monegrina y la muerte de varios cerdos.
Las tormentas que afectaron el pasado miércoles a la provincia de Huesca tuvieron sus peores consecuencias en Robres, donde el viento alcanzó tal fuerza que originó graves daños en tres granjas. Su propietario, Miguel Ángel Ortiz, que dijo que se trataba de “un tornado”, comentó que una de ellas había quedado “deshecha”, las otras dos “muy afectadas” y que alrededor de 30 cerdos de un total de 2.000 habían muerto bajo los cascotes que se habían desprendido.
Estas instalaciones ganaderas se encuentran situadas en la partida de San Gregorio, en la carretera Robres-Grañén, a la altura del desvío hacia Frula y Montesusín, en donde se asienta una veintena de explotaciones. Miguel Ángel Ortiz indicó que el “tornado” se produjo en torno a las siete de la tarde del miércoles, en un lugar muy localizado que sólo afectó a sus tres propiedades.
Comentó que unos instantes antes de que se produjera el fenómeno, se acababa de marchar una persona que había estado sacando purín y fue a su regreso, cuando descubrió todos los destrozos. “Vino blanco. Me dijo: ‘he vuelto de descargá y ni tejado ni ná de ná’”, y apostilló Miguel Angel Ortiz: “Si llega a estar ahí cuando pasó el tornado, lo mata, fijo”.
Algunos de los cascotes desprendidos pesaban hasta 50 kilos y el fuerte vendaval dobló también sinfines, tuberías y destrozó ventanas. Ayer al mediodía, numerosos vecinos del pueblo ayudaron a retirar los escombros y quitar el peligro de las cubiertas. (...)
Fuentes del Centro Meteorológico del Ebro consideraron ayer dentro de lo posible que el fenómeno ocurrido el miércoles en Robres fuera un tornado. De hecho, indicaron que tenían constancia de que en la zona del Bajo Aragón, en las proximidades de Alcañiz, se habían registrado varios “minitornados” que habían arrancado algunos árboles. “Confluencias de vientos con calentamientos en la superficie pueden producir tornados o elevaciones bruscas del aire”, explicaron las mismas fuentes, al tiempo que añadieron que estos fenómenos “son relativamente frecuentes”. Precisamente, tras los daños que la tormenta originó en la citada zona turolense, UAGA reiteró ayer su petición para que se extiendan a todo Aragón los sistemas antigranizo.