Yo me inclino por lo expuesto por Basobaltz. Son los infrarrojos los "culpables" del picor. Y dado que el vapor de agua absorbe muy bien las longitudes de onda larga como los infrarrojos, cuanto menor sea la humedad absoluta, más picará el Sol. En principio, dado que en invierno suele haber menor cantidad de vapor de agua en la atmósfera, es cuando más debería picar el Sol en días secos, pero este efecto puede quedar compensado con que el Sol esta más bajo. Depende de cual de los dos efectos supere al otro. Y a la inversa para el verano, Sol más alto, y mayor cantidad de vapor de aire en la atmósfera.
Según esta argumentación, se puede sustituir el fenómeno subjetivo del picor en la piel, por el hecho objetivo que representa la temperatura en un termómetro expuesto directamente al Sol. Un termómetro al Sol, puede llegar a medir una misma temperatura muy alta tanto en invierno como en verano.
Conclusión: se podría definir una función 'f'(alfa,beta) para la temperatura que marcaría un termómetro expuesto al Sol(o el grado de picor en la piel), proporcional a la altura en grados del Sol 'alfa' e inversamente proporcional a la densidad de vapor de agua 'beta'.
Si os parece bien podríamos liarnos a averiguar las constantes que faltarían en esa ecuación a partir de datos experimentales que iriamos recogiendo. Si llegamos a alguna parte, sería la manera de comprobar que esa hipótesis es la cierta, tomando como válido el hecho de que picor en la piel, y temperatura al Sol, son equivalentes. Saludos.