Creo que este es el título que mejor resume la experiencia de la última semana de vacaciones por tierras extremeñas.
Si bien es cierto que las previsiones tampoco eran de grandes tormentas para aquella zona, la realidad es que tras más de tres meses de sequía absoluta por mis dominios suresteños, las ganas que tenía de pillar algo eran desmesuradas y eso hacía que me agarrase a un clavo ardiendo para mantener las esperanzas de volverme con alguna "captura".
El resultado es que durante toda la semana lo máximo que he conseguido han sido algunos desarrollos lejanos, alguna tormenta en fase de disipación, pasar mucho calor, gastar gasolina y poco más (salvo la anécdota del último día), es decir, que sigo con un mono de órdago
En fin, voy con las fotos.
El día 8, bajando desde Cantabría hasta Extremadura se puede decir que no pillamos por los pelos, ya que por zonas como Salamanca cayeron buenas tormentas tan solo unas horas más tarde de que pasáramos. Estas fotos están hechas nada más entrar en la provincia de Cáceres:
El día 9 a primera hora de la tarde observé algunos desarrollos prometedores hacia las Villuercas, así que cogí el equipo y me lancé al secarral a pasar un calor de miedo. Tras una buena pateada y muchos sudores esto es lo único que conseguí, ya que los desarrollos no evolucionaron a más:
El día 10 fue un calco del día anterior, desarrollos vespertinos por las Villuercas que parece que si, pero al final no y es que creo que faltaba muchísima humedad:
Los días 11 y 12, viendo que el tema se repetía, preferí quedarme en casa tranquilamente descansando
El día 13, viendo que las condiciones mejoraban algo con respecto a los días anteriores y los desarrollos parecían más consistentes, decidimos coger el coche y desplazarnos hacia una de mis atalayas favoritas. Allí pasamos prácticamente toda la tarde, viendo como los tormentones que se acercaban desde Ciudad Real giraban ciclónicamente en su rumbo justo delante de nuestras narices, esquivándonos a la vez que morían:
El retronar lejano era bastante contínuo y por un momento parecía que la tormenta quería acercarse un poco más, así que volvimos a coger el coche y nos acercamos un poco más a ella. Concretamente nos íbamos a ubicar en el cerro de Masatrigo, un cono de origen volcánico situado a modo de isla en medio del embalse de La Serena. Cuando estábamos llegando vimos una gran columna a lo lejos que en un principio nos pareció humo, para luego parecernos una enorme tolvanera perfectamente definida y finalmente dejarnos con la duda de si fue eso o algo más...El caso es que hubiese sido una foto cojonuda, pero cuando pude parar y sacar la cámara empezó a desvanecerse y además llevaba puesto el angular, así que apenas pude fotografiar el fenómeno
Una vez en el sitio, teníamos justo en frente la zona en la que se estaban produciendo la mayoría de las descargas a tierra, además a una distancia en principio idónea, ni muy lejos ni muy cerca. Así que monto el trípode y me dispongo a intentar sacar algún rayo tirando ráfagas
Primer intento............nada:
Segundo intento..........nada:
Tercer intento..........PATAPUM!!!
Un fogonazo seguido de un gran estruendo hace que Maite y yo nos miremos con cara de circustancia...Justo por el rabillo del ojo he visto como un rayo caía a tierra a nuestra altura, pero aproximadamente a 1 km hacia la derecha. Ha sido un rayo perdido, totalmente alejado de la zona donde se estaban dando el resto de descargas y casi incluso fuera de la nube. En ese momento estaba lanzando una ráfaga, pero no ha entrado en el campo del angular por los pelos...
Visto lo visto y dado que nuestra situación no era la más segura (un cono volcánico en medio de un embalse no inspiraba mucha confianza) decidimos desmontar el tinglado inmediatamente. Es en ese momento, apenas unos segundos después del impacto que nos ha hecho cambiar de opinión, cuando me doy cuenta que justo en donde he visto caer el rayo se levanta una columna de humo:
Cada vez más intensa:
Llamamos al 112 y les explicamos lo ocurrido. Mientras llegan los equipos el fuego se extiende por el pasto seco:
Al cabo de un rato consiguieron apagarlo dejando una gran mancha negra en medio del monte.
Para terminar pongo unas últimas fotos de la tormenta en cuestión desde la atalaya del principio:
Un saludo a todos y a ver si pronto tenemos más suerte