El origen del enjambre parece claramente tectónico, si bien no es habitual que se de una cantidad tan enorme de seísmos en un punto concreto, la actividad volcánica sería incapaz de provocar un terremoto de magnitud 6.3 y no dar signos en superficie. Además de haber provocado terremotos-cadena en fallas limítrofes, uno cerca de Almería, hace poco unos casi en tierra de Alhucemas, un otro pequeño enjambre en la provincia de Málaga... es algo que sería más lógico que fuera causado por movimientos de origen tectónico.
Lo cual no es para relajarse, ya que una actividad tan enorme en un punto concreto y de origen tectónico es un síntoma de una cantidad de energía desmesurada acumulada en un punto concreto del borde de placa ubicado en el mar de Alborán.
Esto es bueno y malo, bueno porque con un enjambre de éstas dimensiones, una cantidad notable de energía debe haberse disipado ya. Y malo porque nos está diciendo que estamos infravalorando el poder tectónico de la zona, sólo hay que ponerse a imaginar si toda la energía que se ha liberado en todas estas semanas hubiera sido liberada de golpe en un sólo terremoto. España no está preparada para éso, Marruecos todavía menos, y cabe anotar que la zona también es capaz de generar un tsunami que podría tocar costa en 15 minutos o menos si el movimiento es suficientemente potente, que sumado a la poca distancia que hay entre el punto de origen hasta las zonas pobladas, es un generador potencial de catástrofes.
Hoy hemos (podido) tener suerte, pero es algo que acabará ocurriendo. Quién maneje el cotarro debería ser consciente de ello ya para no llevarnos las manos a la cabeza cuando pase mañana, en 10 años o en 100.