¡Y sigue funcionando! Menudo susto me llevé el otro día. Permitid que os cuente la historia.
Como el piso donde vivo está mal orientado, durante el día tengo que cambiarlo un par de veces de sitio para que no le dé directamente el sol. No lo fijé bien (no lo puse en la posición habitual) y al mediodía una racha fuerte de poniente lo precipitó al suelo. Me di cuenta cuando vi que la consola no recibía la señal (me extrañó puesto que la TFA nunca la pierde). Sobrecogido, me temí lo peor. Me acerqué a la ventana... ¡y el sensor no estaba!
Me asomé y lo vi en el suelo (por suerte en un pequeño callejón poco transitado que da acceso a un párquing). Bajé las escaleras a toda leche y lo rescaté de cualquier peligro.
Daños visibles: tapa de las pilas ligeramente levantada por la parte opuesta a la del tornillo, que provocó que aquéllas no hiciesen contacto y que me obligó a forzar la búsqueda de señal en la consola tras cerrar la tapa, y una esquina ligeramente deformada por el golpe. Ninguna pieza interna suelta tras un examen auditivo. Por lo demás, funcionamiento normal y satisfactorio
En este caso, la prueba de resistencia del sensor termohigrométrico de TFA ha sido superada con creces. ¡Espero que no la tengáis que pasar con vuestro sensor!