En España los desiertos que hay son fruto solo del tipo de suelo, o por haber sufrido una desertificación por exceso de roturación o recurrencia de incendios, o la erosión debida a la irregularidad de las precipitaciones, pero no por precipitaciones escasas.
En el interior levantino hay miles de kilómetros cuadrados donde las precipitaciones están entre los 250 y los 350 mm de media y albergan frondosos bosques de encinas, pinos, sabinas, robles, etc... El problema es que cada vez las precipìtaciones se están haciendo más irregulares, con larguísimos períodos donde no cae nada, donde los bosques sufren y pierden cobertura vegetal y el suelo se convierte en polvo, y luego te caen dos o tres tormentas torrenciales y te provocan una erosión brutal, y las tierras malas van ganando terreno y extensión.