En una zona de la Ribera Alta Navarra, un lugar de sosiego, de paz, donde uno carga pilas, revitalizante, sentirse muy vivo. Os voy a develar un poco de mi alma, donde allí se regodea, así que tratarla bien.
Una mañana de octubre, con algo de niebla mas al norte, con contrastes de luz y color permanentes, a lo mejor os parecen repetitivas, pero son bien diferentes, solo un ojo bien entrenado lo aprecia.
Aquella mañana me centré bien en la composición fotográfica para un concurso, pero desconozco si he logrado tal fin, eso de componer sin tiempo limitado, como ocurre con las nubes, me causó verdadero esfuerzo y sudor.
Como esta tierra se merece todo mi respeto, no diré una palabra mas hasta el final de la secuencia, para no perturbar su atmósfera.
Aún por suerte quedan lugares donde uno se encuentra a si mismo.
Un saludo.