Las lluvias sufridas en el norte de Italia en la última semana han provocado que Venecia se haya despertado durante seis días consecutivos con el fenómeno del «agua alta», como se conocen a las mareas que este fin de semana llegaron a invadir hasta el 80 por ciento de la ciudad. La altura récord del año se alcanzó ayer, domingo, cuando las aguas se elevaron hasta 135 centímetros por encima de su nivel normal, entre la alerta de los venecianos y para diversión de los turistas que abarrotaban la ciudad, muchos de los cuales optaron por arremangarse los pantalones y continuar su visita.
A primera hora de hoy volvieron a sonar las sirenas que anuncian el «agua alta», ya que las previsiones apuntan a que la marea volverá a superar el límite habitual y llegará a un máximo de 115 centímetros. Habitualmente el agua no supera los 100 centímetros sobre su nivel normal -una cota a los que venecianos están acostumbrados y que no crea graves problemas-, pero cuando rebasa ese límite los bajos de iglesias, palacios, negocios y calles de la ciudad quedan inundados.
La situación de los últimos días ha puesto de nuevo en el centro de la polémica el denominado plan «Moisés», el mecanismo de diques móviles destinado a regular las mareas de la laguna veneciana. El sistema aún no ha sido puesto en marcha por los retrasos sufridos ante la presión de sus numerosos detractores, que afirman que afectará al entorno ecológico. Ante las últimas mareas, el gobernador de la región del Véneto, Giancarlo Galan, ha mostrado su «rabia y recriminación» contra quienes «nos han hecho perder años y años antes de la puesta en marcha de las obras», en mayo del año pasado. Los trabajos tienen un plazo de ejecución de entre seis y ocho años y se complementarán con la ubicación, a lo largo del litoral, de barreras fijas de roca para hacer frente al impulso del siroco sobre las mareas.
3 Respuestas
1771 Vistas