Los que hayan tenido esa suerte entenderán perfectamente que el decir que todo ser humano debería vivir uno al menos en su vida no es una afirmación exagerada. Y más en el caso de nosotros los meteolocos que somos unos admiradores del cielo. Yo por lo menos nunca he visto nada comparable. Creo que es debe ser lo más parecido a una percepción ‘extraterrestre’ ya que tanto en los minutos anteriores a la totalidad como en la totalidad misma, todo – los colores, las formas, el propio aire – toma un aire irreal y mágico.
Los eclipses totales de sol son eventos astronómicos sumamente raros para un lugar concreto, pues solo se produce uno como media cada 370 años. Sin embargo, en algún punto de la Tierra se produce uno cada 1,5 años más o menos. Esto supone que para ver uno haya que desplazarse, poco o mucho, normalmente más mucho que poco. Y hay gente que está dispuesto a hacerlo!!! Igual que, como muchos sabéis, existen los ‘cazadores de tormentas’ o los ‘cazadores de tornados’, también existen los cazadores de eclipses, que son gente que no dudan en viajar a la otra punta de globo (los que pueden permitírselo, claro) para vivir la experiencia ‘en directo’. Yo espero poder ir a Turquía en 2006, donde se producirá el próximo eclipse total ‘asequible’ para mí.
Los eclipses totales de sol se producen cuando la Luna, en su recorrido orbital alrededor de la Tierra, cruza justo por delante del Sol. Por una extraordinaria coincidencia astronómica, los tamaños aparentes del Sol y de la Luna, vistos desde la Tierra, son muy similares. Esta coicidencia no se produce en ningún otro astro del Sistema Solar y nos permite a nosotros los terrestres – solo a algunos privilegiados, eso sí – admirar la maravilla de la corona solar en los momentos de eclipse total. La corona es la capa más externa de la atmósfera solar y es normalmente invisible a causa del resplandor cegador del disco solar. Así que ya veis la suerte que tenemos los terrestres: somos los únicos del Sistema que podemos admirar eclipses
.... Pero como nada es perfecto en esta vida y siempre hay un pero, resulta que los planos de las órbitas Tierra-Sol y Luna-Tierra están desplazados unos 5º uno respecto del otro, o sea que no están alineados. Por eso no se produce eclipse en todas las lunas nuevas, o sea, cada mes. Además, la sombra que proyecta la Luna sobre la Tierra, cuando cruza por delante del Sol, es muy pequeña (unos cientos de km de diámetro a lo sumo) y eso hace que las zonas terrestres afectadas (o privilegiadas, más bien) sean muy reducidas y haya que desplazarse a ellas para estar dentro de la sombra.
En el famoso eclipse del 99, que fue parcial en España, tuve ocasión de vivir mi primer y único eclipse total de Sol cerca de Reims, Francia, adonde me desplacé desde Luxemburgo jugando al gato y al ratón con las nubes. Tuve suerte pues por poco no me jugaron una mala pasada. Pero al final lo logré, después de perseguir claros como un poseso. Primero sentí acercarse la Sombra, y no solo la sentí, sino que llegué a verla físicamente... una colosal muralla negra surcando el cosmos a miles de kilómetros por hora... Después, allá en lo alto, un disco absolutamente negro, rodeado de finas gasas de luz multicolor proyectándose en todas direcciones... Inolvidable: yo y la gente que estaba conmigo sumergidos en la Sombra... y ese objeto fantástico, ardiendo en la negrura circundante, en mitad de una mañana convertida en noche.
¿Habéis vivido algo parecido?