Estaba la gallina en la puerta de su casa barriendo... Llevaba ya más de una hora haciéndolo, y estaba visiblemente malhumorada.
Justo entonces pasaba uno de sus vecinos, el conejo. Había salido (era de mañana) a dar su paseo e ir a recoger algunas zanahorias por ahí. Viendo lo enfadada que estaba la gallina mientras barría, se acercó y habiéndole preguntado qué le pasaba, la gallina le respondió: "es que estoy hasta la cresta del otoño (era pleno mes de octubre); todo lleno de hojas. Me paso horas barriendo y al ratito ya está todo sucio otra vez"... El conejo le dijo: "No seas así... mira lo bonito que está todo: los árboles tienen mil tonalidades ocres. Está precioso el pueblo y el monte...". "¡No!", le interrumpió la gallina: "ahora lo que más deseo en este mundo es que termine el otoño y llegue el invierno...". El conejo no tardó casi nada en responder: "bueno, en verdad tienes razón: el invierno me gusta también: todo lleno de nieve, el paisaje precioso y mucha tranquilidad...". La gallina, luego de escuchar al conejo, dijo enojada: "¡Ah!, es verdad: no me acordaba de la nieve... La verdad es que el invierno es todavía peor que el otoño; las hojas son livianas, pero... ¡ tener que quitar la nieve que se acumula en la puerta de casa es insufrible !...". El conejo ya empezaba a estar un poquito mosqueado: "esta vecina nunca está contenta con nada", pensó... "voy a darle una pequeña lección...".
Entonces, el conejo, ya con su plan urdido, le dijo: "claro... el invierno es muy duro, tanto frío, tanta nieve que quitar... y entonces cuando llegue el invierno, supongo que estarás desesperada por que pase pronto, ¿no?". "¡¡ Sí !!", contestó casi gritando la gallina, "¡ cuando llega el invierno lo único que deseo en este mundo es que llegue la primavera !"... El conejito sonrió inperceptiblemente y dijo: "la primavera es bonita, sí. Se acaba la nieve, la temperatura es muy agradable, se abren las flores... lástima que todo se llena de polen, porque... ¿que tal vas con tu alergia al polen, vecinita?". "¡ Ufff !, fatal !", contestó la gallina cada vez más ofuscada... "cada año es peor. La primavera me la paso estornudando y moqueando... es irritante". El conejito ya saboreaba su pequeña victoria. La gallina continuó: "Encima todo se llena bichos en primavera..." Llegado a este punto, el conejito, ya seguro de darle la lección que merecía a su vecinita cascarrabias, le dijo a la gallina: "entonces, cuando llegue la primavera, ¿qué vas a hacer?". La gallina contestó: "¡ Nada !. Cuando llega la primavera lo que más deseo es que pase y llegue el otoño...".
El conejito dió un brinco de alegría a la vez que soltaba una carcajada y gritó: "¡¡ PUES AQUÍ LO TIENES: TU DESEO SE HA CUMPLIDO... !!". Inmediatamente el conejito continuó con su paseo dando saltitos de alegría, mientras la gallina se quedó perpleja en la puerta de su casa... por lo menos ya no estaba tan enojada.