Este tema es complejo, pues como Jose V. dice las competencias en incendios forestales están transferidas a las CCAA. Cada una puede desarrollar su propia legislación al respecto. En general se prohibe el cambio de uso del suelo de forestal a urbanizable tras un incendio, se regula la posible venta de lo que quede en el monte, etc... Pero claro, todos sabemos que la Ley no siempre se cumple
. Pero el camino al respecto es el de impedir sacar provecho por medio de un incendio.
Las actuaciones tras los incendios dependen de muchas cosas, y entre ellas, por supuesto, el interés que cada Administración Autonómica ponga, claro. De todas maneras esto es también bastante complejo. Existe, en ocasiones, la posibilidad de una regeneración natural, y más teniendo en cuenta el pirofitismo de muchas especies, reflejado en su capacidad de rebrote o la apertura de piñas y reblandecimiento de los piñones, entre otras estrategias post-incendio. Por ejemplo, una masa madura de pino carrasco necesita del fuego para su regeneración, pues sus piñones sólo se liberan con el calor de un incendio. Pero claro, si la periodocidad de los incendios sobre un mismo punto fuera natural, antes de cada nuevo fuego el ecosistema bosque habría tenido tiempo suficiente para generar sus defensas de regeneración comentadas. Pero si si la mano del hombre crea, artificialmente, un aumento de la incidencia del factor ecológico fuego, se crea un desequilibrio que lleva a la no adaptación de la vegetación a los fuegos, pues, por ejemplo, no les da tiempo a crear semillas fértiles o a crear gruesas cortezas con las que defenderse.
Para un incendio concreto, hay que esperar un poco para ver como responde el ecosistema por sí mismo, en un pinar, por ejemplo, probablemente aparezcan muchos brinzales tras las lluvias del primer otoño-invierno, en otrso casos quizás no, lo que haría plantearse el replantar artificialmente. En masas de frondosas dependerá de su capacidad de rebrote. Para los arbustos lo mismo, también habrá que pensar como queda tras el fuego el banco de semillas del suelo, las lluvias que lleguen o no en otoño, y otras muchas cosas.
Por contaros un caso concreto os puedo hablar de las actuaciones llevadas a cabo tras el incendio de Moratalla (Murcia) de julio de 1994, cuyas cifras oficiales hablan de más de 24.000 hectáreas quemadas. Este incendio ha quedado dentro del Programa de Seguimiento de Incendios de la Comarca Noroeste y Cieza de la Región de Murcia. El plan tiene una duración de 15 años, realizándose diferentes actuaciones biológicas, restauración hidrológico-forestal, y planificándose mediadas de protección contra incendios.
En este incendio, en general, la respuesta natural ha sido muy buena, a pesar de la semiaridez de algunas zonas del perímetro. Pero esto no ha impedido que en las partes más desfavorecidas para la regeneración natural o aquellas con mayor riesgo de erosión o pérdida de suelo no se haya actuado artificialmente para acelerar el proceso. De esta forma se han hecho algunas reforestaciones y se han arreglado pistas forestales (crucial para una buena prevención futura), así como algunas obras de hidrología para frenar la erosión mientras el propio sistema bosque no sea capaz de hacerlo.
Saludos.