No sé qué zona de España estaban sacando, pero salía una caravana de camellos (de dos jorobas) dirigida a no sé dónde ni con qué finalidad (lo he visto de refilón mientras pillaba un bocata en un bar esta tarde), y en relación al temporal de estos días en nuestro solar, decía la locutora algo así como que estos animales no están acostumbrados al frío.
A esta imbécil sería necesario decirle que el camello de dos jorobas es precisamente llamado camello bactriano por proceder de la antigua región de Bactria, centro-norte de Afganistán, y con inviernos que presumo mucho más gélidos que en su puñetero pueblo.
De hecho, por su robusto porte y su largo y oscuro pelaje, semejante bicho les ha sido imprescindible a las gentes que nomadean por el Irán, Turkestán, Tíbet y Gobi, desiertos famosos por sus terribles inviernos.