Quiero plantear por aquí esta cuestión pero el título puede ser poco preciso, así que me explayaré más:
¿Existen valles o comarcas más o menos extensas que no pertenezcan ni a las diversas cuencas hidrográficas que desembocan en el Cantábrico, ni en la cuenca atlántica al norte de Oporto, ni en las cuencas francesas al norte de los Pirineos en los que la gran mayoría de los veranos permanezcan sus pastos siempre verdes?
Resulta que estos días he estado dándole vueltas a la cuestión porque me ha venido a la mente un par de recuerdos muy marcados de un par de viajes veraniegos por el norte peninsular.:
Finales de agosto (creo que de 2010). En una ocasión viajando desde la costa vasca hacia la meseta por la autopista Eibar - Vitoria el pasto herbáceo en el tramo guipuzcoano estaba totalmente verde, pero tras cruzar el último túnel bajo el eje axial de los Montes Vascos y entrar en el primer valle de la llanada alavesa, por tanto zona tributaria del Ebro, el pasto herbáceo estaba totalmente amarillo y reseco. Curiosamente, aquel día los estratos cantábricos entraban ampliamente en la llanada alavesa e incluso también más al sur en la parte burgalesa de Pancorbo, lo cual es bastante habitual en verano pese a no ser zona tributaria del Cantábrico. Dicho de otro modo: La recurrente presencia de estratos al sur de los Montes Vascos en esa zona alavesa y burgalesa no impide que al final del verano el pasto pueda secarse como en el resto de la Iberia seca.
En su día comenté mis impresiones en el subforo correspondiente respecto a la meteorología que me encontré en tierras norteñas, pero creo que no me centré en lo que ahora quiero plantear, en la recurrencia de los pastos verdes durante todo el verano en esas zonas no cantábricas pero muy próximas al límite hidrográfico cantábrico.
Mediados de agosto de 2015. Tras un viaje al volante por tierras francesas, la vuelta no la hago por Irún y decido atravesar los Pirineos por Roncesvalles. Pues bien, esta vez recuerdo perfectamente como en las primeras estribaciones de la vertiente sur pirenaica el pasto herbáceo estaba totalmente verde durante bastante kilómetros. No fue hasta las inmediaciones del norte de la ciudad de Pamplona donde las praderas herbáceas empezaban a estar amarillentas.
Quizás la explicación es que ese punto del norte navarro al sur del eje axial pirenaico, aún siendo tributario de los afluentes del Ebro, es propenso a que los estratos consigan saltar la divisoria y dejar bastante chirimiri, de forma que se mantienen los pastos verdes incluso todo el verano casi todos los años. No creo que ese verdor se pudiese explicar solo con la también recurrente pluviometría de la zona debido a la actividad tormentosa por convectividad.
Curiosamente, ese mismo día pernocté en la ciudad de Pamplona y hubo tormenta.
Analizando de manera más general toda la divisoria orográfica entre la Iberia seca y la húmeda de oeste a este, digamos que en tierras gallegas y del extremo noroeste portugués la barrera orográfica es menos marcada que en la Cordillera Cantábrica, por lo cual el límite a partir del cual es frecuente que casi todos los años al final del verano los pastos aguanten verdes es más impreciso.
En la Cantábrica occidental a lo largo de todo todo el límite entre Asturias y la provincia de León la barrera orográfica es marcada, imponente y tiene cierta altitud. Por tanto, en ese sector incluso en la alta montaña leonesa los estratos con sus orballos apenas entran y el pasto debe agostarse casi siempre, salvo veranos con mucha actividad convectiva.
Más al este, en el límite entre el eje axial de la cordillera y la comarca de Reinosa, supongo que los estratos siguen sin entrar y la pluviometría por actividad convectiva es insuficiente para mantener el pasto verde.
Sobre la llanada alavesa y el norte navarro dentro de la cuenca del Ebro ya hablé al principio.
El pirineo oscense y leridano apenas los conozco, pero como de Roncesvalles hacia el este los Pirineos cogen bastante más altura, debe ser difícil que entren los estratos y a su vez la combinación de la insolación veraniega y de la irregularidad de las precipitaciones convectivas deben hacer difícil que incluso en la parte alta de los valles de los Pirineos oscenses y leridanos tributarios del Ebro se consigan mantener las praderas verdes todo el verano.
Por último, en el pirineo gerundense es de sobra conocido aquí el foro que tiene una alta frecuencia de precipitación estival convectiva, por lo cual por las comarcas de Ripoll y de Olot debe ser frecuente que el paisaje herbaceo se mantenga verde. Aún así, a diferencia de lo que suele ocurrir en Roncesvalles, no es por la llegada de estratos cantábricos con sus lloviznas. Tampoco en la parte francesa al norte del Pirineo gerundense deben llegar los estratos dada la lejanía respecto a la costa vasco-francesa. En la vertiente norte pirenaica no creo que al este del valle de Arán sean lo suficientemente destacados los estratos como para restar muchas horas de insolación veraniega, lo cual ahí debe facilitar el agostamiento de las praderas.
Animo a que los foreros conocedores a fondo de ambas cordilleras a que debatan sobre el asunto.