Volviendo de Barcelona a Madrid he visto niebla engalane en más de una ocasión entre Barcelona y Lleida (Cervera, Bellpuig, etc) pero es cierto que unos kilómetros antes de llegar a Lleida se convierte en niebla alta, probablemente uno de los fenómenos menos agraciados.
La niebla en sí me encanta, en ocasiones he tenido que utilizar el limpiaparabrisas durante medio viaje como si lloviera moderadamente. Salir a mear del coche y notar esa humedad...
A Zaragoza le ocurre algo parecido, a estos entre la niebla alta y las pocas heladas por el viento...