Ya qué ver nieve en Bilbao con una nortada es algo muy difícil, este fin de semana decidimos ir en busca y captura de este “oro blanco”.
El sábado (22 Marzo), subimos a los Montes de Triano. Las condiciones eran favorables para que se formasen tormentas y pudiésemos ver nevar. Desde Triano, con muy buenas vistas al mar podíamos ver como las tormentas crecían y nos esquivaban, unas se iban para Cantabria, otras a Guipúzcoa, etc. Sólo una nos rozó y dejo escapar unos pocos copos, insuficientes para saciar nuestra sed de nieve.
Una cortina de precipitación de nieve que dejó la tormenta cuando se alejaba.
Desde allí también se podían ver como algunos montes vizcaínos ya blanqueaban: El Ganekogorta
Ver cuatro copos perdidos, y nieve en los montes y de lejos, no era suficiente. ¡Queriamos más! Así que el Domingo 23, nos fuimos a Urkiola, a unos 700m donde sabíamos seguro que iba a haber nieve. Espesores de unos 10 cm en el pueblo, y alrededor de 20 cm en Urkiolamendi.
Nada más llegar nos pusimos rumbo al Urkiolamendi, empezó a nevar y la nevada nos acompaño en nuestro ascenso:
Aunque estamos en primavera gracias a la nieve se podía ver unas preciosas estampas navideñas:
Al principio nevaba débilmente, pero poco a poco se fue intensificando como se puede ver en esta foto.
Bajamos del Urkiolamendi y nos dirigimos a ver la Ermita de Santa Apolonia.
Por el camino nos encontramos con estos preciosos paisajes:
Este es un bar del pueblo donde aprovechamos a hacer una parada y tomar algo calentito.
La hermita de Santa Apolonia. Antiguamente tenía la función de humilladero. Allí los peregrinos se preparaban para caminar descalzos hasta el santuario de Urkiola. También se dice que las aguas que manan de la fuente donde está construido este “santutxu” son curativas, especialmente recomendadas para el dolor de muelas.
El Santuario de Urkiola
Desde allí nos fuimos al mirador, donde se pueden ver unas vistas preciosas de la sierra de Anboto,
Este árbol nos lo encontramos por el camino. Parece que en cualquier momento va a salir un “iratxo” (duendecillo) del tronco.
Las vistas desde el mirador:
El Untzillatx:
La sierra de Anboto. Con un poco de imaginación se puede ver la silueta de una mujer, la cara, el cuello (nieve) y el busto. Es Mari de Anboto, una divinidad vasca pre-cristiana que habitaba en una cueva de la Sierra de Anboto.
Hay muchas leyendas sobre Mari, algunas relacionadas con el clima. Se dice que es la encargada de repartir el buen y el mal tiempo por Euskadi. Cuando Mari está en su morada, cuenta la leyenda, que la cumbre está entre nubes, como en la foto.
Eso es todo lo que ha dado de si este fin de semana.
Espero que os haya gustado