Hace 199 años menos dos días, que en la dramática vuelta de Scott desde el polo sur, Oates sabiendo que no estaba en condiciones de seguir y conocedor que sus compañeros no le dejarían atras, salió de la tienda con una ventisca a -43º con la famosa frase. Voy a salir un momento, creo que tardaré en volver y se dejó morir perdíendose en la tormenta.
A final de mes, perecieron el resto de la expedición a apenas 20km del depósito que les hubiera salvado la vida.
Las condiciones registradas a esas alturas del verano austral, sólo se registraron en dos ocasiones entre 1960 y la actualidad, desde que se toman regularmente datos meteorológicos, quizá las que has mencionado sean parecidas.
Es dificil de imaginar el estar sin combustible, casi sin comidad y tirando de un trineo y sin reservas corporales a estas temperaturas.