Mario Merelli y Silvio'Gnaro' Mondineli se encuentran, junto a Christian Kuntner, en el Campo base del Kanchenjunga (8.586 m.), aquejados de congelaciones y muy afectados por la desaparición de Carlos Pauner durante el descenso de la montaña, en la que alcanzaron la cumbre el martes. El español perdió contacto con sus compañeros durante el descenso, en mitad de un violento temporal, y no llego a pasar la noche al Campo III, a 7.600 metros. Sus tres compañeros, con problemas de congelaciones, dejaron comida allí pero no tuvieron más remedio que descender a la base al día siguiente.
Esta mañana, han hablado por teléfono con España para comunicar que por la mañana, aprovechando una pausa de dos horas en el temporal que envuelve la montaña –y pese a que su estado de salud está muy deteriorado-, han salido a rastrear el camino de ascenso en busca del montañero de Jaca, aunque sin resultados. Sus compañeros y amigos, tanto en la montaña como desde aquí, se aferran a la mínima esperanza de que Pauner pueda aún regresar al CB por sus propios medios, y por ello se resisten a abandonar un ya desierto y tormentoso Kangchenjunga. El grupo de Pauner había sido el último en abandonar y, tras un intento frustrado, reunieron sus mermadas fuerzas y lanzaron un segundo ataque, llegando a la cima aunque a una hora muy tardía (pasadas las cuatro de la tarde), y esperando que un temporal les alcanzase en cualquier momento.
Momento de la ascensión al Kangchenjunga
Según informa el Heraldo de Aragón, durante el descenso se desencadenó súbitamente una tormenta, y los compañeros de Pauner perdieron contacto visual con éste a unos 7.800 metros, en una zona complicada, en plena noche y con mal tiempo. Mereli, Mondinelli y Kuntner llegarían a la tienda del CIII a la una de la madrugada. Dejaron linternas encendidas en el exterior, y salieron a gritar su nombre durante la noche, sin resultados.Hoy, al menos dos de los tres expedicionarios sufren problemas de congelación serios, hasta el punto de que han solicitado su evacuación en helicóptero. Esto no será posible antes del sábado, por lo que al menos habrá alguien allí (las otras expediciones abandonaron sin cumbre hace días) unas preciosas horas más.
Tal como destaca el mismo diario aragonés, Merelli y Mondinelli formaban también parte de la expedición al Dhaulagiri en la que desapareció Pepe Garcés. Aquel fue otro gran golpe para el alpinismo aragonés, maltratado por la suerte y el destino. Ahora, todos tratan de confiar en cualquier posibilidad, por remota que sea, de que la tragedia no se repita.