... pues sí, algo parece que se mueve en nuestro mas próximo envoltorio gaseoso que llamamos atmósfera. Un auténtico sarpullido de cúmulos y estratocúmulos han hecho novedosa aparición como solian hacerlo hace muchas semanas anteriores
, aprovechando la puesta de sol y estando en ruta "me dejo caer" por la Sierra de Herencia (estribaciones orientales de Montes de Toledo, Ciudad Real), esta tarde del dia 5 de septiembre.
De lo primero interesante en tomar contacto, es esta mantis de la especie
Iris oratoria, que segura de si misma deambula tranquilamente por una pista asfaltada... ¡Que descaro, como me mira la joia!
Y tan segura que estaba de si misma
... al acercarme hasta una distancia crítica, no solo no huye sino que ¡Me planta cara
!¡Casi soy yo el acojonao ante tal abrupta reacción!... no duda en desafiarme exibiendo sus mortíferas pinzas anteriores dirigiéndome su mirada penetrante y tensando el cuerpo enseñando brúscamente las alas posteriores que parecen semáforos (de advertencia, por eso se llama "
Iris"); y todo esto con una desproporción astronómica de tamaño y peso, entre nosotros dos. Pues... yo intimidado
, aprovecho a sacarle unas fotillos relámpago y abandono apresuradamente el campo de batalla con el rabo entre las piernas... que vergüenza...
.
Sigo camino ascendiendo un poco más, y el sol se oculta parcialmente tras un cúmulo... creo que también se acojonó de la mantis esta tan agresiva
.
Sigo encontrando rastros de la vida animal, muy bulliciosa por estos lares, esta vez un excremento de zorro; obsérvese la gran proporción de elementos vegetales en forma de frutillos varios, incluidos de enebro.
El sol se decide a abandonarme definitivamente entre un abigarrado paisaje de cúmulos fractus y mediocris...
Sin el sol, el crepúsculo se enseñorea de los amplios horizontes. Mientras admiraba como los olivos trepaban ladera arriba de la montaña, a la vez escuchaba el penetrante ulular de un búho real... indescriptible.
Tremendus...