El pasado 6 de noviembre estuve visitando el Cañón de los Almadenes. Esta formación cuenta con abruptos de más de 100 metros de profundidad y está rodeada de un paisaje semiárido, con una flora adaptada a la escasez de lluvias (pino carrasco, esparto, etc.).
La visita se hizo algo corta porque al principio nos equivocamos de camino y perdimos bastante tiempo. Nos costó encontrar el borde del Cañón, pero al final conseguimos llegar. Resumo en 18 fotos el viaje.
Ah, por cierto... Aunque en las fotos no se vean, la cantidad de mosquitos que había era realmente impresionante. No se podía abrir la boca.
Bueno, pues al llegar lo primero que se ve es una imagen del río. A la izquierda de la imagen hay una central hidroeléctrica.
Al iniciar el camino nos encontramos una Mantis Religiosa en el típico neumático de la orilla (Neumaticus vulgaris).
Una vista general.
Acercándonos a la garganta...
Continúa.