En Barcelona, Badalona para más señas, en las olas de calor más bestias que se han vivido -primera decena de agosto de 2003, julio de 1995, julio de 1994 o julio del 82- se produce un efecto curioso durante la noche cuando la temperatura se resiste a bajar de los 30 º, se produce una inversión del terral nocturno, entrando viento del nordeste, desde el mar, que iguala la temperatura con la del mar. De forma que como el mar nunca ha llegado a los 30 º de temperatura superficial, jamás hemos registrado una mínima superior a los 28 º. La mínima más alta que he registrado aquí en 20 años son los 28 º de agosto del 2003, y después de girarse brisa del mar a las 02.20, cosa absolutamente infrecuente, impropia del ritmo habitual de la brisa.