Capturado un tiburón de 4,10 metros de longitud y más de 600 kilos de peso
En la necropsia, que fue realizada por el equipo de Cepesma, se encontraron 87 fetos en el interior del ejemplar
Hasta el centro de recuperación de animales marinos de La Mata, en el concejo de Valdés, llegó ayer un tiburón de unos 600 kilos de peso y 4,10 metros de longitud que fue capturado por un barco con base en el puerto de Avilés. Miembros de Cepesma realizaron ayer la necropsia al animal.
Luarca, E. P.
El arrastrero «Elanis Berria» de Bermeo, con base en el puerto de Avilés, capturó ayer un tiburón «Hexanchus griseus», de unos 600 kilos de peso y 4,10 metros de longitud, que fue trasladado hasta la lonja de Gijón y posteriormente donado a la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma) para su estudio.
Tras la necropsia realizada en el centro de recuperación de animales marinos de La Mata, en Valdés, el presidente de Cepesma, Luis Laria, apuntó a la muerte del ejemplar por captura accidental en arte de arrastre en alta mar.
Aseguró que se pudo producir a unas 20 o 25 millas de la costa, que suelen vivir a una profundidad de 2.000 metros y que su presencia en zonas cercanas a la plataforma continental es «esporádica». Se trata de una hembra gestante y que por su talla y peso es escasa en aguas del Cantábrico, ya que las citas de esta especie corresponden a ejemplares mucho más pequeños, según Laria, que añadió que «su carne es tóxica para el ser humano y su reproducción es ovovivípara aplacentaria (primera fase huevo y segunda fetal) pudiendo llegar a parir mas de cien individuos, aunque engendra bastantes más».
Al realizar la necropsia se extrajeron un total de 87 fetos, totalmente formados, con lo que el equipo de Cepesma considera que estaba a punto de producirse el parto.
Laria hizo referencia a un fenómeno que se produce en esta especie en la fase final de la gestación que se denomina «ovofagia» y que consiste, apuntó, «en el canibalismo entre los fetos, que, después de eclosionar del huevo en el seno materno, aquéllos más desarrollados (los más cercanos al hígado) devoran a los hermanos que aún no han eclosionado, dado que siguen en el interior materno hasta alcanzar la madurez suficiente para vivir por sí mismos, momento en el que se produce el parto».