Carta del Jefe Indio Seattle - 1854

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Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« en: Viernes 21 Enero 2005 03:43:37 am »
El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.



¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habeis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.



Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las escarpadas peñas, los húmedos prados, el calor del cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia. "Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Mas, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.



Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.



Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras sí sólo un desierto.



No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.



El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.



Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están relacionadas ente sí.



Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.

Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.



El hombre no tejió la trama de la vida ; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios pasea y habla con él de amigo a amigo, queda exento de destino común. Después de todo, quizás seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizás el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que Él les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. Él es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco. Esta tierra tiene un valor inestimable para Él y si se daña se provocaría la ira del Creador. También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás tribus.

Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia....


Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.

Desconectado Tartessos

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #1 en: Viernes 21 Enero 2005 23:12:47 pm »
Por el bien nuestro, espero que nos repeten las tierras, bonito reportaje...

Da Svidania
 ;)
Haga el tiempo que haga, siempre habrá alguien al que no le guste.
                                        

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #2 en: Viernes 21 Enero 2005 23:32:49 pm »
 :o :o :o :o :o  qué preciosidad de reportaje !! y cuantas verdades, no respetamos ni valoramos lo que tenemos.
Hola desde North Chicago, Illinois, USA
Aborto de geógrafo xD

Desconectado Emejota

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #3 en: Sábado 22 Enero 2005 01:21:45 am »

Gracias :) Fue una carta enviada al Presidente de USA. Ellos no entendían como se podía vender la Naturaleza.
En fin... un genocidio más de una raza digna de admiración :(

Las fotos son de ayer, 20-01-05: cielos de Tarragona a las 6 de la tarde y como no, el mar ;)
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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #4 en: Jueves 27 Enero 2005 22:57:30 pm »
Ya conocía este discurso, es una gran lección de verdades como puños y las fotos con las que has decidido acompañarlas me parecen muy apropiadas.

Casi oía el rumor de las olas y el silbido de la brisa como espiritus de nuestros ancestros elevando las palabras de tan sabia persona.
OHIO!!!!! Is here!!!!!

Desconectado Melkor

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #5 en: Lunes 31 Enero 2005 00:45:04 am »
este discurso me ha marcado mucho desde que mi hermno me locontó hace ya bastantes años, Dice muchas verdades que no vemos y que no queremos ver.¿qué sería de nosotros sin toda la naturaleza que nos rodea?

Desconectado Emejota

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #6 en: Martes 01 Febrero 2005 03:42:03 am »
Ya conocía este discurso, es una gran lección de verdades como puños y las fotos con las que has decidido acompañarlas me parecen muy apropiadas.

Casi oía el rumor de las olas y el silbido de la brisa como espiritus de nuestros ancestros elevando las palabras de tan sabia persona.

Gracias Môr... eso es lo que quería conseguir con las fotos y el texto ;)
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Desconectado Emejota

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #7 en: Martes 01 Febrero 2005 03:48:13 am »
este discurso me ha marcado mucho desde que mi hermno me locontó hace ya bastantes años, Dice muchas verdades que no vemos y que no queremos ver.¿qué sería de nosotros sin toda la naturaleza que nos rodea?

A mi también me marcó mucho desde la primera vez que lo leí, también de pequeña... desde entonces lo tengo muy presente y siempre tengo esa carta por ahí y la leo de vez en cuando.
Hizo bien tu hermano en contártelo, creo que es algo que debemos empezar a reflexionar desde muy pequeños  ;)
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Desconectado JuanFra

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #8 en: Martes 01 Febrero 2005 23:21:22 pm »
Yo también habia leido esto hace ya algunos año pero me ha encantado de volver a verlo por aquí !
Asiassss  ;)
Desde 2013 -- > Calgary ( Canada ) Calificada como una de las ciudades del mundo con un clima mas extremo!

Natural de --> Aguaderas ( Lorca ) - 360 msnm - 25 km en línera recta al Mediterráneo
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Desconectado Emejota

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #9 en: Miércoles 02 Febrero 2005 09:16:26 am »
Yo también habia leido esto hace ya algunos año pero me ha encantado de volver a verlo por aquí !
Asiassss  ;)

A ti por valorarlo, guárdalo como oro en paño  :)
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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #10 en: Domingo 06 Febrero 2005 13:02:45 pm »
Ésa carta había que leérsela a gente como Bush y Cía
« Última modificación: Domingo 06 Febrero 2005 13:03:00 pm por Orion »

A ver si caen de una vez 30 o más centímetros de nieve en Madrid capital.

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Re:Carta del Jefe Indio Seattle - 1854
« Respuesta #11 en: Domingo 06 Febrero 2005 17:27:13 pm »
 ;) muy bien emejota....