Pondría fotos, pero ya perdí un mensaje kilométrico ayer que no pude enviar por un maldito error.
En resumen, la zona no fue de catástrofe y siniestro total porque no dio para más. Los datos oficiales de la zona cero arrojan 96 litros en Jaraguas, 62 en Venta del Moro -casco urbano- y 28 en Casas de Moya. Si en Casas de Moya han cogido veintiocho, más allá de la cota 500 del río pueden haber estado por esas cifras, lo cual significan buenas noticias.
En Venta del Moro hubo decenas de kilómetros cortados. Pasando La Serratilla de Los Pedriches, que para quien la conozca es una loma peladísima con bosques adyacentes muy escarpada, el agua aprovechó el relieve e hizo unas escorrentías que arrastraban gente por la carretera. Hubo quienes se esperaron -aun con bollos por el granizo- en el coche antes que aventurarse a seguir por allá, donde no hay ni iluminación porque no es una entrada principal. Hubo granizo en el arcén durante horas y horas.
Pero es que igual por el sur. Las ramblas casarreñas inundadas, la entrada por el sur del pueblo, dirección Casas de Pradas - Los Isidros venía inundada. Una balsa enorme pasando la cooperativa y, por la pendiente del 10%, la subida al cementerio y la incorporación a la carretera que parecía el propio Niágara.
Por la entrada corriente, por la parte alta del pueblo junto a las urbanizaciones nuevas, corría otra catarata de agua, y al haber hecho la carretera nueva hubo la suerte de que no fuese una balsa todavía peor. Por el Puente de la Gasolinera, bajó tal corriente de agua que los coches decidieron no seguir, vadearon el Amazonas y se refugiaron en la gasolinera. No habrían tenido más gente ni en pleno agosto los dependientes. La parte mala de ese gran arcén nuevo es que al estar construida en la orilla de la Hoya de Huesos, a más de uno le habrán inundado la entrada a su finca con dos c.nes.
La entrada imposible, granizo a esas alturas muy importante con pérdidas porcentuales a valorar. El Vallejo del Romano también se ha llevado un buen sopapo y lo peor ha caído en las viñas que caen entre Venta del Moro, Jaraguas y Villargordo. Por destacar, destaco Sevilluela, donde el granizo se cebó a base de bien con todo lo que pilló, viñedo, almendro, olivo y ciruelos. Seguían inundados hasta el mediodía de ayer.
Quitando las carreteras, por las que solo dos aguerridos coches se atrevieron a pasar en más de cuatro horas cuando el flujo de entrada y salida de vehículos por este pueblo es de varias docenas por hora, el pueblo quedó desierto también. Por las aldeas del sur, agua muy buena que reforzó acuíferos e incluso no dejó piedra. Casas de Moya y el río adyacente lo agradecen. Eso sí, los pocos habitantes del río y parajes próximos dijeron que lo vivieron con algo de miedo y que como están esas carreteras ni salieron hasta ayer por la tarde. La magnífica idea del consistorio fue hacer una carretera que discurriese por los barrancos y puntales del Cabriel a ratos sin quitamiedos y con una pendiente del -5% rematada por una anchura de 3.50. Si el camino al Tochar clavaba las ruedas en el barro, no quiero ni saber cómo estaría la carretera de Tamayo.
Prosigo, por Venta del Moro avenidas de agua por todas las calles y balsas de más de medio palmo en algunos sitios. Por las calles desniveladas que hay (recordemos que este pueblo se construyó en un barranco y de su zona alta a su zona baja distan 40 metros) alguna inundación, campos de piedra y un diluvio de tres horas acompañado por pedrisco del tamaño de una nuez. Hubo cortes de luz por los rayos en varios tiempos y bastante duraderos que no importaron porque los rayos no cesaron e iluminaban absolutamente todo. Imposible discernir si caía piedra o si caía un aguacero de plomo puro. Cuando la lluvia cesó la gente se agolpó para fotografiar la Albosa, que no se desbordaba desde hacía más de quince años. De hecho cuando ocurrió la tormenta sobre la cual ReuWen hizo uno de los mejores reportajes que he visto en la red de tiempo severo, la mítica tormenta de la Meseta de Requena 2005', cayeron 46 litros en 15 minutos y la altura que cogió la rambla a su paso por el municipio ni siquiera se acercó al de antes de ayer. Hubo 1 - 1.20 más el viernes, y si hubiesen caído unos pocos litros más, con el caudal que llevaba y sin desbrozar, hubiese inundado toda la parte baja del pueblo y entonces sí que hubiese sido serio. Los campos próximos al Camino Viejo de Villargordo inundados también por la rambla y pateados por el pedrisco. Por la Rambla venturreña nada más, solo algunos trozos de construcciones obsoletas arrancados próximos a la Fuente de Los Desmayos, con hierros y todo arrancados de cuajo de estructuras que el Ayuntamiento ni se dignó a terminar. Eso que les han ahorrado. A destacar la bajada de 25 grados a 12 que se sufrieron aquí.
En Jaraguas esos litros SÍ marcaron la diferencia y llevaron a la rambla a desbordarse e inundar la aldea, que se convirtió en una avenida de agua durante unas horas en las que todo el mundo permaneció en sus casas. El granizo como pelotas de golf y las carreteras impracticables. Tuvieron que ser los empleados municipales quienes peinaran las vías de entrada de Venta del Moro y de Jaraguas durante toda la noche eliminando granizo, maleza, cañas y todo lo que había caído, además de que hubo una emergencia porque se sospechó de un incendio en Casas del Río, Requena, que no prosperó. Ni siquiera en la brutal tormenta severa de 2013 en la que se llevaron casi 50 litros en la mitad de tiempo logró desbordarse la rambla. Un auténtico caos. Vías destrozadas, la rambla casi desbordada hasta la mañana del día siguiente, lodazales en todo el oeste comarcal...
En Fuenterrobles ya hemos visto hasta en tres canales lo pardísima que se lió porque fue el primer lugar en el que descargó este animal durante un par de horas, anegó absolutamente todo y tintó el campo de blanco -con medio palmo de granizo que parecía invierno-, dejando además un 50% de viña dañada y un 30% de siniestro total y en Camporrobles se dio la curiosidad de que debían jugar su partido a las seis de la tarde y viendo el bicharraco que había y lo que empezó a llover, el árbitro no solo lo paró sino que lo pospuso hasta las diez de la noche, con el campo mojado, un bicharraco que dejó quince-veinte litros, aparato eléctrico y un frío de demonios (10-11 grados). Y todavía fue cabal, pues en Venta del Moro más de uno se ha celebrado en plena tormenta y no se evitó hasta que granizó. No tengo especial noticia de Villargordo, pero la divisoria de Contreras fue la que dividió los 5 litros del embalse con el triple-cuádruple del pueblo. En Mira poco más. Contento también con ese Cabriel regado con cabeza, las fuentes como la de Caudete que se secaron por segunda o tercera vez en la década y con más de 105 años de edad ya bajan con abundante agua, aunque haya que lamentar inundaciones allá, y las fuentes venturreñas están sanísimas. Lástima quizá por el Cabriel bajo que sigue un poco flojo y los bosques no han sufrido la misma relajación que por la Fonseca. La Vega sufrió una litrada sin inundar prácticamente nada y entre eso y que la mayoría no habían vendimiado, ha tocado un gordo dentro de la pedrea (y nunca mejor dicho) que tocó en la comarca.
Tormenta made in Western Plana, señoras y señores. Si queréis ver vídeos de cómo fue en Jaraguas o fotos desde Venta del Moro, aquí la página web de Venta del Moro y Aldeas en Facebook (
https://www.facebook.com/ventadelmoroyaldeas/ ) con todo su material fotográfico.
Por otra parte remato el tocho con el parte de mínimas de hoy (qué fallonas están las AEMET estos días) y si a alguien le interesa, algún comentario de Polos del Frío que he podido observar estos días.
Caudete de las Fuentes: 13,1
Cerrito: 14,9
Campo Arcís: 15,0
Requena: 15,1
Casas del Río: 15,3
Calderón: 15,6
Utiel: sin datos.
Mira: sin datos.
Noche de nubosidad y humedad y, por ello, nula inversión. De las temperaturas homogéneas solo se salva Caudete que pilló un resquicio de claridad y además se benefició de la bajada del primer tercio nocturno.
En cuanto a los Polos del Frío, estoy echando un ojo tanto a los barrancos y cañadas camporruteñas como a los valles del Alto Cabriel. Estoy rezando para poder ir allá antes del verano y colocar un sensor en lo más plano y bajo del Valle de La Fonseca, antes de los cuchillos. Valle de unos 150-200 metros de profundidad, cerrado por Los Cuchillos (700-750 metros) y el mirador homónimo (720) y a una altitud de unos 530. Por ese mismo valle, además, bajan las hoces más profundas y desembocan en los cuchillares más herméticos térmicamente, además calizos. Por Requena hay cejas a 1000 metros y cubetas a 600 que ya pueden destrozar al polo que deseen, pero es arriesgado, costoso y para mí imposible acceder a aquellos lugares.
Viendo el gradiente térmico de aquí y el arrastre de masas frías por la comarca en noches de inversión añadiendo que solo entre Cerrito y Pino Ramudo ya medí grados de diferencia, en algunos sitios nos podemos llevar sorpresas interesantes.
Buenos días.