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EL CLIMA DE ESPAÑA EN LA BAJA EDAD MEDIA
Javier Gómez
- Episodio cálido bajomedieval (1000-1300)
En España el S.XI mantiene la tónica seca de los siglos precedentes, con una cierta tendencia cálida, escasos inviernos severos, grandes nevadas en el centro de la Península, sequías ( algunas en invierno ) y escasas lluvias extraordinarias.
En el S.XII se hace manifiesta esta fase lluviosa y cálida en la Península Ibérica visible en la recuperación de la vegetación y un retroceso del desierto. En España las lluvias en la vertiente atlántica fueron especialmente importantes en el semestre invernal, con noticias de frecuentes riadas e inundaciones ( la del Miño en 1102, Tajo 1138, la del Guadalquivir en 1168, etc ) También alguna de estas lluvias catastróficas se dieron en inviernos en Aragón y Cataluña. Aún así las sequías no faltaron en este siglo. Aunque los inviernos fueron generalmente suaves también se registraron algunos severos en 1110, 1113 y 1114, en el cuadrante noroccidental de la Península.
En el S.XIII en España se mantienen las mismas características climáticas aunque quizás más acentuadas en lo que respecta a la pluviosidad, muy notable en la vertiente atlántica, que trajeron consigo numerosas avenidas y desbordamientos. La pluviosidad en la vertiente mediterránea no debió diferir mucho de lo que es hoy en día, al contrario de la atlántica, donde fue mucho mayor.
Destaca como anomalía la secuencia de sequías durante el último tercio del S.XIV en Galicia debidas a la frecuencia de los vientos cálidos y húmedos del Sudoeste con las correspondientes "Sombras pluviométricas" a sotavento de las montañas.
Los inviernos más fríos se concentraron en Cataluña y Levante debido a una "ola de frío" del EN. Los veranos extremados debieron ser escasos.
El S.XIII fue un gran siglo para Castilla donde abundaron los pastos verdes aunque olivares y viñedos sufrieron algunas adversidades ( creación de la "Mesta" bajo la protección de Alfonso X el Sabio ).
- Rotura del episodio cálido en la Europa transpirenaica ( 1300-1500 )
En Groenlandia e Islandia en el S.XIII se había manifestado la transición hacia una nueva fase fría, observándose en Europa poco después del 1300. En la Europa Central y Occidental se sucedieron entre 1313 y 1321 una serie de veranos muy lluviosos. En el S.XIV se registraron grandes variaciones meteorológicas en mencionada zona, donde siguieron intervalos cortos de veranos seco y y cálidos, con décadas muy lluviosas.
- Prolongación de la suavidad climática en la Península Ibérica durante los siglos XIV y XV
La Europa meridional fue influenciada en los siglos XIV y XV por una mayor actividad ciclónica en el Mediterráneo, dando lugar a mayores precipitaciones y reduciendo los extremismos térmicos, manteniéndose libre de los efectos más severos de la crisis climática que sufrió el resto de Europa.
Las temperaturas frías continentales son poco frecuentes aunque se registraron algunas grandes nevadas en el interior de la Península y en Gerona. Hay escasas noticias acerca de grandes calores, con pocas sequías importantes.
El S.XIV fue bastante menos lluvioso que el XIII. Las lluvias más intensas tienen lugar en la segunda mitad del siglo (desbordamientos del Ebro, Segre, Nervión ).
Destaca la poca frecuencia de lluvias torrenciales devastadoras, limitadas a los grandes aguaceros otoñales de la vertiente mediterránea ( algunas riadas e inundaciones como la del río Segura, Turia, Segre, Duero ).
El S.XV presenta las mismas características del siglo anterior pero con un mayor predominio de las situaciones atlánticas portadoras de temporales de lluvias del oeste y sudoeste, siendo éste uno de los siglo con mayor número de precipitaciones y menos sequías de nuestra historia.
No obstante, Cataluña y parte de Aragón, siguieron sintiendo los síntomas del revuelto clima europeo.
Fue un gran siglo para el levante, cálido y sin nevadas en las llanuras y el litoral.Los grandes fríos se concentraron en Cataluña ( heladas del Ebro en Tortosa ) y en la vertiente atlántica.
Los veranos calurosos fueron pocos y se dejaron sentir únicamente en la mitad sur de la Península. Destacaron las sequías de la vertiente mediterránea, como Cataluña, Levante y Baleares.
Fue un período de abundancia de precipitaciones en la vertiente atlántica. No obstante, la frecuencia de lluvias generales que abarcaron la mayor parte de la Península fue pequeña.
Cabe destacar cómo los temporales, tormentas y las avenidas de los ríos decidieron en ocasiones el curso de las batallas, teniéndose que disputar únicamente durante el verano.
En el conjunto del territorio se registraron importantes riadas con las consecuentes inundaciones, fundamentalmente en el Levante, Sudeste y Andalucía.
En la Meseta Sur predominaron las lluvias moderadas sin grandes temporales, que afectaron más al cuadrante noroccidental peninsular.
Este episodio climático tan prolongado en la mayor parte de la Península Ibérica fue muy favorable para la regeneración de los bosques, a pesar de su creciente explotación para la floreciente construcción naval.
Saludos.