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Copito de Nieve entra en fase terminal aquejado de un cáncer de piel
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BARCELONA. Desde que en 1996 fue operado para solucionar graves afecciones en la piel, la salud del gorila albino Copito de Nieve, morador del Zoo de Barcelona desde 1966, ha sufrido un grave deterioro que ahora es irreversible. El Ayuntamiento de la capital catalana confirmó ayer que el animal, un símbolo de la ciudad a la que llegó hace casi 40 años cuando no medía más de 54 centímetros y pesaba nueve kilos, sufre un cáncer de piel desde hace dos años, ha entrado hace meses en una fase que puede calificarse de terminal y los veterinarios de las instalaciones municipales han decidido no alargarle la vida de forma artificial.
Cóctel de fármacos
El teniente de alcalde y presidente del Zoo de Barcelona, Jordi Portabella, aseguró que no hay un plazo fijado por los especialistas en torno a la vida que le queda al gorila, aunque se habla de tres a seis meses, y sí subrayó en cambio que se llevarán a cabo todos los esfuerzos con el fin de que tenga «una muerte digna». Por el momento, recibe tratamiento consistente en un cóctel de fármacos similar al de a una persona con cáncer de piel: antibióticos, antidepresivos, un producto antitumoral, de efectos similares a la quimioterapia y un antiinflamatorio.
Cuando el animal entre en una fase severa de su enfermedad se le retirará de su actual ubicación en el Zoo, un expositor público que visitan casi diariamiente 5.000 personas, según explicó Portabella, que admitió que aunque se guarden muestras de su ADN y material genético tras su muerte, se descarta clonarlo. El gorila albino tuvo tres compañeras y seis hijos, pero ninguno de ellos heredó su característico color. Se da la circunstancia de que el mayor de ellos, Urko, murió el mes pasado de una peritonitis.