Quizá la forma más destructiva de precipitación sea el granizo. Los granos de hielo se forman en las nubes de tormenta y son responsables de daños materiales, por valor de muchos miles de euros al año.
El granizo se forma cuando las gotas de agua sobreenfriadas circulan en la zona de corrientes ascendentes del interior de un cumulonimbo. Al pasar a través de áreas de diferentes temperaturas y grado de humedad, se acumulan en ellas distintos tipos de hielo. En las zonas donde la temperatura está justo por debajo del punto de congelación y hay muchas gotas de agua sobreenfriadas, se forman capas de hielo transparente. En las partes más frías de la nube, donde son menos y más pequeñas las gotas de agua, la congelación es tan rápida que quedan atrapadas burbujas de aire y da lugar a la formación de hielo opaco. A esta formación de capas se añade que el grano de hielo se derrite y se congela sucesivamente según cambia la temperatura del aire.
Por lo general las piedras de granizo son del tamaño aproximado de un guisante, aunque a veces pueden llegar a ser tan grandes como una pelota de golf (pedrisco), incluso como una naranja. El tamaño y el número de capas depende del tiempo que permanece en la nube de tormenta. Se han observado piedras de granizo compuestas de 25 capas.
El granizo finalmente cae de la nube cuando adquiere demasiado peso para que las corrientes ascendentes lo mantengan en el aire, si éstas se debilitan o si es lanzado fuera de la zona en que actúan.
La formación del granizo requiere la presencia de las fuertes corrientes ascendentes, porpias de una tormenta de primavera o de verano. No obstante, es poco probable que llegue el granizo al suelo en las regiones tropicales, porque las altas temperaturas fundirían el granizo en su camino hacia la superficie de la tierra. Las tormentas que producen granizo son más frecuentes en las latitudes medias.
La historia de constancia de tormentas de graanizo muy severas y excepcionales, con piedras de hielo de gran tamaño. En el año 1888, en el norte de la India, se registraron piedras del tamaño de una bola de petanca que causaron la muerte a más de 250 personas y a un gran número de animales. Recientemente, en 1982, una tormenta de granizo sobre Bangladesh, con piedras de un kilo de peso, mató a 92 personas.
El granizo causa graves daños materiales. Los coches son muy vulnerables; suponen también un gran peligro para la aviación, aunque la incorporación del radar de a bordo ha disminuído el riesgo.
Los signos que pueden indicarnos si la tormenta que se acerca lleva granizo, puede ser el tono verdoso de la base de las nubes o el color blanquecino de la lluvia (aguanieve). Por fortuna, las precipitaciones de granizo suelen ser breves y se producen en una zona muy reducida de la tomenta, pero son capaces de cubrir completamente el suelo en pocos minutos como si se tratase de una nevada.
ESQUEMA DE UNA PIEDRA DE GRANIZO