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Asalto a MadridEn la expansión de la especie, manadas procedentes de Segovia están colonizando Madrid, donde ya se han detectado tres grupos, de los que dos han criado en el último añoCuando el lobo Nelson entró por primera vez desde la provincia de Valladolid a la de Segovia, allá por 1998, el biólogo Juan Carlos Blanco ya avisó que, si nada lo impedía, la especie acabaría recolonizando la Sierra de Guadarrama. Así fue. Pero el lobo no paró ahí y continuó su expansión. Sabido era que desde 2007 ejemplares ‘segovianos’ pasaban de forma esporádica a la vertiente madrileña, hasta que en 2013 se detectó una manada con crías. Después de 70 años, el lobo volvía a criar allí...
Al parecer, en la actualidad la Comunidad de Madrid cuenta con tres manadas. Su consejero de Medio Ambiente, Jaime González Taboada, reveló ayer en Valsaín que agentes medioambientales de su departamento han observado, recientemente, “dos camadas, con diez o doce lobos”, lo que viene a significar que la especie está ya perfectamente asentada en territorio madrileño.
No obstante, allí también tiene problemas. Principalmente por el tráfico. En el último año han muerto atropellados tres. Los expertos consideran que el ejemplar caído en abril de 2015 en la carretera que va de Guadarrama a Los Molinos y otro muerto en enero de este año en la N-I, en término de Somosierra, formaban parte de manadas procedentes de la provincia de Segovia, mientras que el tercero, hallado en Manzanares el Real, era nacido en Madrid.
En esta coyuntura de incremento poblacional de la especie, no frenado ni por los atropellos, la Comunidad de Madrid ha creado una mesa de trabajo, integrada por ayuntamientos, ganaderos y colectivos conservacionistas, con la doble pretensión, confesada ayer por su consejero de Medio Ambiente, de “proteger al lobo y, al mismo tiempo, proteger al ganado”.
Su homólogo en Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, tras reconocer la “difícil coexistencia” del lobo con la ganadería extensiva, recordó que su departamento lleva años actuando en este tema — subvencionando el cierre de explotaciones, entregando mastines a los ganaderos o abatiendo ejemplares en las zonas donde generan mayores conflictos—. Ahora, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta trabaja para implantar “en mayo o junio” un “sistema rápido” que permita a los ganaderos recibir en el plazo de un mes las indemnizaciones por ataques de este cánido, que incluirían el daño emergente y el lucro censante.
El Parque reducirá la población de cabra montés en la vertiente madrileña
El consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Jaime González Taboada, presentó en la reunión del Patronato de ayer un plan para reducir la población de cabra montés en la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. De acuerdo a los estudios de su departamento, esa población ha alcanzado “niveles excesivos”, principalmente en La Pedriza.
Según el último censo, la población de cabra montés dentro del Parque Nacional ronda los 4.000 ejemplares, lo que supone unas 42 por kilómetro cuadrado. Esta densidad está generando diversos daños a especies de flora protegida y a otros animales. El alto número de individuos puede desencadenar problemas sanitarios, como la sarna, tanto en la propia especie como en el ganado doméstico con el que comparte territorio. De igual forma, se estima que dicha población supone un peligro para la seguridad vial.
Ante esta situación, los técnicos de la Comunidad de Madrid consideran que la población no debe superar los 16 animales por kilómetro cuadrado; es decir, unos 1.300 ejemplares en toda la zona. Para llegar a esta cifra, y teniendo en cuenta factores como las tasas de natalidad y mortalidad natural de la especie, el plan presentado por la Comunidad de Madrid plantea la extracción de entre 500 y 700 de estas cabras al año hasta 2020, a través de un modelo mixto que combinará la captura en vivo y con arma de fuego. González Taboada reveló que algunos ejemplares serán donados a diversas entidades, para su estudio, o la reintroducción de la especie en otros espacios naturales.
La superpoblación de cabra montés no es un problema que afecte, de momento, a la provincia de Segovia. Las reintroducciones que se llevaron a cabo, hace años, en la vertiente segoviana tuvieron éxito, pero esos ejemplares se localizan, la mayor parte del tiempo, en la vertiente madrileña, que cuenta con mejores condiciones para la especie.
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