Los cúmulos congestus representan la siguiente fase en el desarrollo vertical de un cúmulo tras la etapa de "mediocris".
Potenciada por fuertes corrientes ascendentes esta nube puede crecer hasta tener una altura de 4000 a 6000 metros. Los cúmulos congestus son más altos que anchos y tienen una base plana y un contorno bien definido.
Los congestus raraamente se forman sólo por convección. En general también se requiere inestabilidad atmosférica, que se da cuando la temperatura de la masa de aire circundante desciende con la altura más rápido de lo normal, a menudo debido a una corriente de aire frío que se desliza sobre la nube.
Los congestus pueden desarrollarse hasta el estado de cumulonimbos si la convección es bastante intensa o si crece la inestabilidad en la región que lo circunda. La hora del día puede ser un factor decisivo, puesto que la convección sobre la tierra disminuye a última hora de la tarde, cuando la temperatura comienza a descender. Si para esta hora la nube más alta en el cielo es un congestus, es poco probable que progrese hasta su conversión en un cumulonimbo.
Los cúmulos congestus pueden generar precipitaciones de lluvia o nieve largas y prolongadas. La misma intensa convección que produce los cúmulos congestus crea turbulencias significativas en el seno de la nube. Por eso los pilotos de líneas aéreas tienden a rodearlas o a esquivarlas, aunque no plantean problemas de seguridad serios.