Los cúmulos se forman generalmente como resultado de la ascensión de bolsas de aire cálido muy localizadas. El vapor de agua se condensa en forma de copos bien definidos a poca altitud. La forma de estas nubes es el origen del nombre "cúmulus", que significa "montón", en latín.
Los cúmulos humilis son la forma más pequeña de cúmulos y el resultado de una convección relativamente débil que forma nubes con la base plana y la parte superior redondeada. Técnicamente un cúmulo se considera "humilis" si es más ancho que alto, según se observa desde el suelo.
La altura de la base de esta pequeña nube está determinada por la humedad de la masa de aire que la rodea. En árfeas con un grado de humedad elevado, como las zonas litorales y las regiones tropicales, la base puede desarrollarse a una altura de 600 metros sobre el suelo, pero en zonas más secas se origina a niveles mucho más altos.
A menudo, los cúmulos humilis representan una fase temprana del desarrollo de un cúmulo a partir de un estratocúmulo, para convertirse en un cúmulo mediocris y posteriormente pasar a la fase de congestus. Si las condiciones son buenas algunos cúmulos humilis llegan a convertirse en cumulonimbus incus.
Debido a su poco grosor, esta formación de nubes no produce ninguna alteración significativa del tiempo. Sólo puede dar lugar a turbulencias ligeras, muy breves y de escasa importancia.