El 13 de enero, los científicos estuvieron a minutos de alertar a Bush
El día en que la Tierra estuvo en peligro de impactar contra un gigantesco asteroide
El 13 de enero, un día antes de que el presidente George Bush hiciera su grandilocuente anuncio sobre el retorno a la Luna como paso hacia Marte, un grupo de astrónomos estuvo a punto de llamar por teléfono al presidente de Estados Unidos para decirle que existían serias probabilidades de que un enorme asteroide impactara la Tierra en 36 horas.
Según informa la BBC, los científicos estimaron que el objeto --posteriormente bautizado como "2004 AS1"-- medía 30 metros, y que existía un 25% de posibilidades de que se produjera el choque. El impacto habría producido una monumental devastación local, aunque nunca de la magnitud de la que acabó con los dinosaurios. Nadie sabía dónde iba a impactar el objeto, sólo se calculaba que sería en alguna parte del hemisferio norte.
En un documento presentado esta semana en la Conferencia de la Protección Planetaria en California, el experto en asteroides Clark Chapman calificó lo ocurrido como la "crisis de nueve horas". En ese tiempo, los expertos concluyeron que los cálculos sobre el 2004 AS1 no eran acertados. También que se habían equivocado en el tamaño del asteroide: no medía 30 metros, sino 500 metros de ancho. Afortunadamente pasó a una distancia de 12 millones de kilómetros, es decir, 32 veces la distancia de la Tierra a la Luna.
Este tema ha sido recreado en películas como Armageddon, de Michael Bay, donde se muestra cómo una destructiva lluvia de meteoritos cae sobre la ciudad de Nueva York. A diferencia de lo que suele ser el guión de las películas del género, los astrónomos señalaron que el posible impacto del 2004 AS1 no podía acabar con la raza humana. Se hubiera limitado a causar una tragedia más grave que la del 11 de septiembre de 2001, cuando dos aviones derribaron las torres gemelas en Nueva York.
No hubiera sido tan grande como el que acabó con los dinosaurios.
Clark Chapman ha explicado que fueron los telescopios gemelos de Linear, en Nuevo México, los que descubrieron el objeto cósmico. Inmediatamente, el Minor Planet Center de Massachusetts, que verifica cualquier anuncio de esta índole, pidió por internet la colaboración de la comunidad de astrónomos, obteniendo como resultado un dato que generó la alarma.
La iluminación del asteroide proyectaba crecer 40 veces al día siguiente, dejando claro que se acercaba vertiginosamente. Sin embargo, en ese momento sólo cuatro puntos de observación estaban disponibles y había bastante incertidumbre.
La alarma se maximizó cuando Steven Chesley, investigador de un laboratorio de Nasa, observó la información y envió un correo electrónico donde señalaba que el objeto tenía 25% de probabilidades de impactar el planeta. En este momento, explica el reporte, fue cuando se tornó en posibilidad la opción de despertar al presidente George W. Bush, para ponerlo al tanto de la situación.
Sin embargo, pocos instantes después de que el correo electrónico de Chesley fuera difundido, un astrónomo amateur superó a sus maestros y logró determinar que el objeto no se estrellaría contra la atmósfera.
Al final pasó a unos 12 millones de kilómetros, lo que equivale a 32 veces la distancia entre la tierra y la luna. Chapman sostiene que, de no haberse despejado la información en esos instantes, no habría dudado en hacer sonar la alarma.
Sin embargo, Brian Marsden de Minor Planet Center, dijo que le parecía "increìble que semejante medida (llamar a Bush) se hubiese contemplado con sólo cuatro observaciones (...) no había necesidad de entrar en pánico, pues era obvio que se pudo haber resuelto el dilema en una o dos horas."