No es la ruta mas corta entre los dos puntos, pero sí el trazado que sigue este itinerario cultural europeo. Salgo de Tomelloso por el camino de Santa María. Llego al puente que cruza la A-43. Ante mí la gran llanura.
Los primeros kilómetros discurren entre cultivos hortícolas y sobre todo interminables viñedos.
Tras unos 8 kilómetros llego al río manchego por excelencia, el Guadiana. Normalmente en estas fechas no suele llevar agua, pero este año es una excepción.
Recorro unos metros junto a él, pero pronto me separo. Llego a las ruinas de Santa
María.
Desde aquí el terreno se vuelve mas árido y la llanura comienza a perder protagonismo. Las tierras aparecen casi desnudas.
Al fondo aparece el escalón altitudinal entre La Mancha y el Campo de Montiel.
Aún quedan vestigios del poder que tenía el campo por estas tierras, como por ejemplo los Quintos de la Tejera.
Con la construcción de la presa de Peñarroya se logro abastecer de agua a los sedientos campos manchegos. Se realizaron obras como este acueducto.
Y en la lejanía, el Guadiana serpentea entre páramos y viñedos poco frecuentados.
Sigue...