Dos cuatrerillos...

Hola a todos.
                      Os quiero enseñar estos dos cachorros que mi perro encontró una mañana de domingo en el lugar por el que habitualmente salimos a correr o a pasear. Habían salido de su madriguera y no tenían muy claro cómo volver. Contrariamente a lo que hace con los especímenes adultos, (perseguirlos) en este caso se sentó muy atento junto a ellos dándoles la espalda y en clara actitud de protección (que es lo propiamente suyo). ¡Yo no podía creerlo!!  Además, nunca había cogido en mis manos cachorros de zorro, y mucho menos, ¡salvajes!!. Fue una muy agradable experiencia... Tras acariciarlos un poco, fueron devueltos a su madriguera.
Su madre les había dejado un gazapo muerto al lado.
Creo que tuvieron mucha suerte de que mi perro los encontrara en pleno día. Si hubiese sido alguien de los pueblos cercanos, no tengo muy claro qué suerte hubiesen corrido. Eran, y supongo que seguirán siendo, preciosos.
Zorro europeo (Vulpes vulpes).

¡Que preciosidad!

Por mi pueblo también hay una buena población de raposos.

Un saludo.

Que monos!!!!
Pero yo no los hubiera tocado, la madre podría rechazarlos al contener olor humano (por lo menos eso es lo que me han dicho siempre, que no se si es cierto.)
Y seguro que la madre no andaria lejos y hubiera dado con ellos.

Pero desde luego, son una preciosidad!!!!

Que monos!!!!
Pero yo no los hubiera tocado, la madre podría rechazarlos al contener olor humano (por lo menos eso es lo que me han dicho siempre, que no se si es cierto.)
Y seguro que la madre no andaria lejos y hubiera dado con ellos.

Pero desde luego, son una preciosidad!!!!

Bueno, no te preocupes... Como sabía dónde tenían la madriguera, me acercaba de vez en cuando y en la misma entrada les dejaba un puñadito de pienso de perro. Los llamaba y asomaban la cabecita desde el fondo del túne. (Lo que es la inocencia... Un adulto no se asoma ni de coña), asi que pude comprobar que seguían bien y habían crecido. Eso sí, a mí no se acercaban. Pero el pienso desaparecía, asi que, evidentemente, se lo comían cuando me iba.

Aunque parezca increíble, lo que digo es verdad. Así fue. Después pasó el tiempo y en tres ocasiones vi dos zorros con su madre, ya más grandes, que siempre se sentaban en una curva de la carretera por la que yo salgo a caminar, a unos 500m de aquella madriguera. Podrían ser ellos, pero no lo puedo asegurar...