Cracovia es una ciudad con un casco antiguo muy cuidado declarado patrimonio de la humanidad por la unesco.
Camino de la plaza mayor nos topamos con este hotel con encanto.
Rynek Główny,la plaza mayor, nos recibe con la iglesia de Santa María con sus dos torres desiguales que, según la leyenda, fue el resultado de la pelea mortal entre dos hermanos enfrentados por ver quién de ellos construía la torre más alta.
La capilla central está presidida por un enorme colgante de cristo crucificado.También destaca el órgano.
En el centro de la plaza la fachada del edificio que alberga una galería de tiendas donde destaca los abalorios a base de ámbar.
Construcciones de variados estilos cierran por los cuatro costados la enorme plaza.
Cracovia da motivos para fotografiar sin parar.
Pero una visita a Cracovia no puede terminar sin visitar el Castillo de Wawel.
A los pies del castillo, en una cueva, vive este personaje alado que escupe fuego.
Al día siguiente nos desplazamos hasta las cercanas minas de sal de Wieliczka, de nuevo otro enclave reconocido por la Unesco como patrimonio de la humanidad.
Utilizadas ya en el neolítico no fue hasta el s. XIII cuando se empezaron a explotar comercialmente hasta el día de hoy.
Actualmente tiene unos trescientos kilómetros de longitud aunque sólo tres y medio son accesibles al turismo.
Todas las esculturas que aquí os muestro son esculpidas en sal a lo largo de años por los propios mineros.
Santa Bárbara, patrona de los mineros.
A continuación excenas cuotidianas que se realizaban en la mina.Me impresionó sobremanera la primera ya que eran personas que portaban largas antorchas encendidas cuya misión era acceder, por estrechos huecos, a nuevas galerías y comprobar que no había ni metano ni grisú o, en caso de haberlo, hacerlo explotar.Lógicamente muchos morían jóvenes.
No podían faltar los hombrecillos del bosque.
Y llegamos a la gran sala de la capilla de San Kinga excavada en sal y cuyas medidas aproximadas son: veinte metros de ancho por unos treinta y cinco de largo y otros veinte de altura.Es en ella donde se muestra mejor el arte de los mineros para exculpir figuras en plena roca salina.
No falta ni el nacimiento ni la última cena.
Incluso una réplica de buen tamaño de Juan Pablo II.
Impresiona el trabajo llevado a cabo por la mano del hombre.