Uno de los efectos conocidos (y beneficiosos) del aumento del CO2 en el aire es que las hojas de las plantas reaccionan cerrando parcialmente los estomas. De esta forma, y por un efecto indirecto, disminuye la evapotranspiración y disminuye el agua que necesitan y que absorben del suelo. Consecuentemente aumenta la humedad de los suelos.
En un artículo reciente de Nature (16 de febrero) se dice que el aumento detectado globalmente en el caudal de los ríos durante el siglo XX, a pesar del incremento del consumo humano de agua, ha podido ser debido a este efecto.
Gedney N., et al., 2006, Detection of a direct carbon dioxide effect in continental river runoff records, Nature, 439, 835-838