A modo de ampliación pongo el siguiente artículo extraído de una enciclopedia.
Avispa
(Del lat. vespa 'avispa', con la a de abeja); sust. f.
1. [Zoología] Insecto perteneciente a la familia Véspidos (Vespidae) del orden Himenópteros. Los véspidos son insectos sociales y se conocen como las verdaderas avispas, para diferenciarlas de las pertenecientes a otras familias, como Euménidos y Pompílidos, que viven solitarias y son menos comunes.
Morfológicamente, las avispas se caracterizan por ser insectos alados en su estado adulto, con dos pares de alas membranosas que se pliegan longitudinalmente en reposo, y por presentar una cintura muy estrecha entre los dos primeros segmentos abdominales. Su cuerpo está coloreado por manchas negras y amarillas que en el abdomen forman bandas, y que constituyen una advertencia de peligro para sus depredadores. Sus piezas bucales están adaptadas para morder, lamer y chupar líquidos. El oviscapto, órgano posterior externo del cuerpo por el que la hembra realiza la puesta de huevos, está transformado en un aguijón, como el de las abejas; este aguijón es portador de unas glándulas anejas que producen una sustancia venenosa, para la cual no existe antídoto; la picadura produce por tanto escozor e inflamación, y en algunas personas se pueden producir reacciones muy alérgicas y peligrosas.
Las avispas se diferencian básicamente de las abejas en el menor número de pelos que cubren el cuerpo, en que el tarso de las patas traseras está diseñado exclusivamente para caminar y no para portar ningún tipo de polen, y en que no producen enjambres.
Las avispas construyen nidos apergaminados adheridos a hojas, troncos o paredes, a base de sustancias segregadas por la propia avispa y mezcladas con fibras vegetales, lo que proporciona un aspecto como el del papel; ello les protege del frío y les mantiene a una temperatura adecuada. Los nidos son construidos anualmente y constan de un pedúnculo por el que se sujetan al sustrato, de una envoltura externa de protección, formada por la sustancia apergaminada, y de una parte interna formada por un número variable de celdas (que van aumentando con el paso del tiempo), las cuales se disponen en panales.
Entre las avispas solitarias destacan las de los géneros Eumenes, Odynerus, Sceliphron y Pepsis; éste último comprende especies de gran tamaño, que pueden superar los 50 mm de longitud, y es capaz de vencer a la grande y venenosa araña migala.
Efectos de su picadura
Las avispas no pican a menos que sean provocadas, pero son muy agresivas a la hora de defender tanto el avispero como a sí mismas; en ese caso pueden perseguir a los intrusos hasta grandes distancias. Las glándulas del aguijón secretan un veneno con elevada concentración de proteínas y enzimas, que cuando es introducido a través de la piel por medio de su picadura resulta muy doloroso e irritante, produce fenómenos alérgicos, inflamación y en personas con gran sensibilidad pueden incluso provocar un shock anafilactico, que puede llegar a ser mortal si no se trata inmediatamente. Además, en el momento de la picadura, la avispa libera una feromona que atrae a otros miembros de la colonia y les incita a picar, por lo que es conveniente alejarse de la zona en que ha tenido lugar la picadura para evitar un ataque masivo, lo que podría provocar un estado muy grave incluso en personas no tan sensibles. El problema se acentúa en el verano, con las altas temperaturas, que es cuando estos insectos se vuelven muy activos y aumentan las picaduras.
Inoculado el veneno, la avispa conserva el aguijón, pues es capaz de retraerlo fácilmente de la piel y ello les permite volver a picar más veces, a diferencia de lo que ocurre con la picadura de las abejas, cuyos aguijones poseen escotaduras laterales a modo de garfios que se anclan en los tejidos y que pierden tras la inoculación del veneno; por lo que tras la primera picadura mueren.
La picadura de las avispas, como la de abejas, resulta especialmente peligrosa cuando éstas se introducen en los alimentos, por ejemplo las que se posan en los vasos que contienen bebidas azucaradas, y que pueden ser tragados por descuido; la peligrosidad está en que una picadura en la garganta provocaría una inflamación de tal dimensión que podría llevar a la asfixia del individuo.
En general, una zona externa afectada se trata con agua fría o alcohol, y si hay un componente alérgico se puede recurrir a la adrenalina, a la efedrina y a los antihistamínicos. No hay un antídoto para su veneno. Además de picar, las avispas poseen potentes mandíbulas con las que pueden morder, aunque su mordedura no tiene consecuencias importantes.
Perdón por el ladrillo.
Un saludo.