El pararrayos

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El pararrayos
« en: Martes 06 Febrero 2007 16:35:14 pm »
En el siglo XVIII, las máquinas electrostáticas eran motivo de diversión, dado que permitían obtener chispas a partir del rozamiento de un trapo sobre una rueda. Así, el abad Nollet, electrizó a toda una congregación de Chartreaux que se cogían de la mano formando una cadena de algo menos de 3 Kms: Saltaron todos a la vez en el momento de la escarga eléctrica. El abad Nollet  y otros físicos habían pensado con razón en la analogía entre los rayos y las chispas eléctricas.

En 1750 Franklin aportó pruebas suplementarias y dejó escrito el concepto del pararrayos. El francés Dalibard pudo obtener chispas eléctricas de su mástil metálico, no unido al suelo, el 10 de mayo de 1752: Primera experiencia y primer herido por una descarga. Richmann tuvo menos suerte en San Petersburgo en 1753. Se aproximó excesivamente al mástil y murió fulminado por el rayo.

La inconsciencia fué aún más lejos con las cometas que Franklin en Estados Unidos, y sobre todo de Romas, en Francia, elevaron bajo los cumulonimbos. Este último logró obtener, del extremo del hilo de cobre ligado a la cometa, descargas de 3 metros de largo y 3 cm de ancho, con un ruido propio de un pistoletazo. La tensión debería de ser de centenares de voltios. De Romás lo consiguió con el mínimo daño y fué solamente tirado al suelo por una descarga manifestando "movimientos convulsivos".

En el año 1.770 los pararrayos comenzaron a implementarse realmente. Pero no fué tan simple: Algunos vecinos querían destruirlos por miedo a que atrayeran los rayos sobre las casas, mientras que otros afirmaban que era una blasfemia modificar la voluntad de Dios.

En la actualidad los rayos se siguen investigando. Algunas compañías eléctricas disponen de diferentes centros de experimentación y de generación de rayos, tanto en el medio natural como en pabellones especialmente diseñados para estas pruebas.

Un rayo que desciende hacia el suelo es un poco como una burbuja de jabón que flota en el aire y que explota al tocar el suelo. Las burbujas grandes explotan sobre objetos más destacados (una mano, por ejemplo); las burbujas pequeñas pueden pasar entre los dedos separados sin explotar. De igual forma, la zona de protección de un pararrayos depende de la intensidad de la descarga. Para grandes descargas (del orden de 150.000 amperios), la distancia de protección puede llegar a ser de casi 300 metros, que es la distancia máxima a la que el trazador descendente (el canal de descenso del rayo) puede cebar el pararrayos. Por el contrario, para las descargas menores (3000 amperios) la distancia de protección no supera los 20 metros; es por ello por lo que se pueden observar pequeños impactos del rayo en las fachadas de una torre, o sobre el suelo, a poca distancia del pie de edificio. Son precisamente estas descargas de "baja intensidad" las que circulana través de lineas telefónicas, antenas de Tv, o del sistema eléctrico de un edificio.

En Francia, por ejemplo, la densidad de impactos de rayo por kilómetro cuadrado y por año y para un pararrayos situado a 50 metros del suelo, debería recibir como media una descarga cada 5 ó 10 años. Evidentemente los edificios muy elevados atraen mucho más a los rayos y tienen una frecuencia de impactos enorme. El Empire State Building, de Nueva York es tocado 500 veces al año; en una ocasión lo fué 15 veces seguidas en 15 minutos. Sobre el mar, un barco dotado de un mástil de 15 metros de altura recibe, por término medio, un rayo cada 150 años. Este riesgo no es despreciable: Es por ello por lo que los barcos que no son metálicos deben estar protegidos por medio de una cadena fijada en la parte alta del mástil y que descienda hasta el agua.

« Última modificación: Martes 06 Febrero 2007 16:36:59 pm por FRENTEFRIO »
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