En las licosas, las madres transportan la ooteca colgando de las hileras. Cuando las arañitas salen de la ooteca se trepan sobre la licosa madre, que las transporta hasta su dispersión.
Las licosas son muy buenas madres. Cuando las hijas salen de la ooteca, las siguen cuidando y las transportan sobre su cuerpo. Cuando las arañitas cambian la piel, se dispersan y ya se las arreglan solas. Sacado de Kaston y Kaston, 1953