Según la prensa:
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PARÍS/ROMA. El seísmo que asoló el domingo Asia, con epicentro 250 km al sureste de Sumatra, modificó la geografía de esa isla indonesia y zarandeó levemente todo el planeta, como cuando se da «un papirotazo a una peonza», según un científico francés. Los expertos saben ya que el seísmo provocó localmente un desplazamiento de unos 20 metros en algunos sectores de una zona de ruptura de 400 km de largo.
El terremoto, de 9 grados de magnitud, «produjo 3 minutos y 20 segundos de vibración continua en la región epicentral, lo que es colosal», indicó ayer Paul Tapponnier, director del laboratorio de tectónica del Instituto francés de Física del Globo (IPG).
«El valor máximo del deslizamiento de la falla hacia el suroeste es de 20 metros a lo largo de unos 40 kilómetros, y de 15 metros, de manera segmentada, a lo largo de más de 100 kilómetros», precisó el científico.
«Hubo asimismo movimientos verticales, que pudieron alcanzar en ciertos sectores uno o dos metros», y hubo tierras que se levantaron, particularmente en la región de Siberut, isla situada 100 km al oeste de Sumatra.
Pero «a causa de la guerrilla, ningún científico pudo realizar evaluaciones, como en el resto de la isla. Es posible que, al sur del ecuador, algunas regiones de Sumatra hayan desaparecido totalmente», explica Tapponnier.
«El terremoto ha cambiado el mapa», declaró por su parte a France Presse Ken Hudnut, experto del Instituto Geológico de Estados Unidos. «Basándose en modelos sísmicos, puede decirse que algunas de las islas más pequeñas situadas al suroeste de las costas de Sumatra pueden haber avanzado 20 metros hacia el suroeste», agregó. La punta noroeste del territorio indonesio de Sumatra podría haberse deslizado también hacia el suroeste unos 36 metros, según el científico.
«Todos los terremotos cambian el paisaje. El seísmo es verdaderamente el arquitecto del paisaje. Todas las montañas que conocemos fueron modeladas por los temblores de tierra», señaló Paul Tapponnier. «El último gran terremoto de Chile (1960) desplazó el paisaje 20 metros, y otro fuerte sismo registrado en Alaska en 1964 hizo levantarse islas, y se encontraron bancos de ostras a 12 metros por encima del nivel de las mareas», recordó.
El seísmo registrado en la isla de Guadalupe el 21 de noviembre pasado, de una magnitud de 6, 3, y el maremoto consecutivo desplazaron el fondo del océano unas decenas de centímetros, prosiguió Tapponnier. Pero «ahora estamos ante un seísmo más de mil veces más fuerte (que el de Guadalupe) y, naturalmente, tales catástrofes irradian suficiente energía para dar un impulso a la Tierra», recalcó.
El eje de rotación de la Tierra, que por lo demás no es fijo (a imagen de una peonza que gira sobre sí misma en un eje animado por el propio movimiento de rotación) fue zarandeado «de manera ínfima, como cuando se da un papirotazo a una peonza», explicó el científico francés.
Los astrónomos conocen bien los movimientos ínfimos a los que obedece la Tierra: en primer lugar lo que se denomina la «precesión de los equinoccios», movimiento que modifica las fechas de advenimiento de las estaciones, y el fenómeno de «nutación», oscilación periódica del eje del mundo alrededor de su posición media.
Finalmente, la Tierra está sometida a otra pequeña oscilación de un periodo de 14 meses, denominada «Chandler Wobble», nombre del astrónomo Seth Chandler que la descubrió en 1891. Los astrónomos conocen estos movimientos ínfimos, pero les resulta imposible cuantificarlos.
Sin impacto sobre el clima
Lo que no se aventuró a adelantar el centro científico francés fue apuntado en cambio ayer por la Agencia Espacial Italiana (AEI). Según este organismo, el fuerte maremoto que azotó el domingo al sureste de Asia modificó la inclinación del eje de rotación de la tierra. «Los investigadores del Centro de Geodesia Espacial, ubicado en Matera, sur de Italia, que elaboran en tiempo real los datos mundiales telemétricos enviados por láser de los satélites, constataron que de las informaciones registradas resulta una modificación del eje de rotación de la tierra», sostiene en un comunicado la AEI.
Los científicos italianos calculan que la modificación fue de cerca 2 milésimos de segundo, lo que corresponde a unos 5 a 6 centímetros en línea recta.
La modificación se verificó en la dirección del epicentro del terremoto y de los primeros análisis no se detecta algún efecto en la dirección del meridiano de Greenwich, explicaron fuentes del centro espacial. «Son resultados registrados hacia el mediodía del martes», declaró Giuseppe Bianco, portavoz de la AEI.
Los científicos italianos consideran que la variación es muy pequeña, «por lo que no tendrá repercusiones sobre el clima. Para que ello ocurra la modificación debería ser mayor», aclaró Bianco.