En defensa del Malpaís de Güímar.

Iniciado por Tio_Gamyi, Martes 14 Octubre 2003 18:14:31 PM

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Tio_Gamyi

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Cumulus Húmilis
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Taganana, Macizo de Anaga. Tenerife.
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EN DEFENSA DEL ESPACIO NATURAL PROTEGIDO DEL MALPAÍS DE GÜÍMAR
Stephan Scholz
 
Reproducido con autorización del autor



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Hace más de 20 años y siendo yo estudiante de ciencias biológicas de la universidad de La Laguna, el Prof. W. Wildpret me encomendó como trabajo de licenciatura el estudio de la flora liquénica del malpaís de Güímar. Empezaba a verse claro que este paraje de la costa sur de Tenerife tenía una biodiversidad extraordinaria y sobre todo un estado de conservación excelente que exigía su protección. Recuerdo mis solitarias excursiones por campos de lava y arenales. Recogía especímenes, hacía inventarios y sacaba fotos, para volver, ya avanzada la tarde, en guagua a La Laguna con la pesada mochila a cuestas, llena de muestras a analizar. El estudio liquenológico de Canarias estaba entonces empezando. Se había elaborado un catálogo provisional con algo más de 600 especies, pero se suponía que debían de existir muchas más. Desde Alemania nos asistía el Prof. Follmann, liquenólogo mundialmente conocido, y que estaba maravillado ante la riqueza liquénica de las islas. Después de meses de intenso trabajo, pude constatar la existencia de 87 especies de líquenes en el área de estudio, sin contar con la zona del volcán propiamente dicho. Esta, por falta de tiempo y porque el número de especies y la complejidad de las comunidades liquénicas superaba lo esperado, apenas se exploró. De los líquenes encontrados, algunos están aún hoy sin determinar. Probablemente sean especies nuevas para la Ciencia. Sin embargo, no se ha encontrado especialista para trabajarlas, o al menos no tengo noticias de ello.

Desde hace 15 años resido en Fuerteventura, pero sigo viniendo a Tenerife con regularidad. Los cambios que observo en el paisaje y en la naturaleza son cada vez más drásticos e intensos o, por qué no llamarlos de esta manera, brutales. Una nueva urbanización aquí, otro polígono industrial allá, más y más cultivos bajo plástico, extracciones masivas de áridos, nuevas carreteras... No descubro nada si digo que las regiones costeras del sur de Tenerife se han visto especialmente afectadas. Constato cada vez que vengo a la isla que los ecosistemas naturales de estas zonas han vuelto a perder terreno y trato de aceptar resignado que posiblemente la próxima vez, en determinado lugar, ya no quede absolutamente nada de ellos. Me da auténtica pena ver cardonales ,y tabaibales arrasados, en muchos casos inútilmente y sin razón.

¿Es que no vale nada una tabaiba, un cardón, un balo? ¿Por qué hay que machacar cientos de miles de metros cuadrados de tabaibal dulce centenario, con todas sus especies vegetales y animales en gran parte endémicas, para plantar una zona verde compuesta casi totalmente por especies foráneas ? ¿Qué se ha ganado? ¿Alguien de los responsables se ha preguntado cuánto tiempo tarda una tabaiba en crecer? ¿Se ha dado cuenta que están óptimamente adaptadas a las condiciones naturales, mucho mejor que cualquier especie introducida ? Ni siquiera consumen agua de riego. En Fuerteventura, con su clima casi desértico (la mano del hombre tuvo mucho que ver) ya quedan muy pocas. Cuánto me gustaría tener allí las preciosas tabaibas y cardones que se desprecian y arrasan día a día en Tenerife.

Y llego ya, después de un breve repaso al marco en el que se desenvuelve todo, al punto central de este escrito. Se quiere urbanizar y convertir en zona industrial una parte del malpaís de Güímar. Desde el camino de E1 Socorro hacia el sur, hasta llegar a los límites del espacio natural protegido. En realidad, todo nuestro planeta es zona de sensibilidad ecológica, pero en esta área concreta, adyacente a un espacio natural protegido, el término adquiere además unas implicaciones legales, y se le reconoce oficialmente a la naturaleza esta cualidad. Una zona de antiguas huertas y terrenos arenosos en la parte superior, y un tabaibal dulce inalterado hacia el mar. Endemismos tanto vegetales como animales. Una zona de gran valor ecológico, la más valiosa de la costa del valle de Güímar sin duda.

Mi parte débil, o mi parte fuerte, según se mire, es intentar ser objetivo. E1 Parque Nacional del Teide es una maravilla. También los pinares y hasta la laurisilva de Tenerife están ahora en condiciones mucho mejores que hace 50 años. No todo es negativo. Pero en las últimas décadas le ha tocado a las zonas costeras de la isla cargar con el peso de la economía. Ahora no se trata de explotar de forma más o menos artesana a la naturaleza, como ocurría antes con pinares y laurisilva. Eso fue reversible. Urbanizaciones y zonas industriales eliminan el ecosistema, sin que este tenga posibilidad de regenerarse. Y la red de espacios naturales protegidos, con muy buena intención, trata de preservar zonas en su estado natural.¿Hay que explicar por qué ?

Mi búsqueda de objetividad y equilibrio también se traduce en intentar comprender todas las posturas. Algunas voces me han echado en cara falta de compromiso. En este caso, mi postura es clara: los espacios naturales no son piezas de museo, pequeñas curiosidades que hay que intercalar aquí y allá entre el asfalto para que no den la lata los sensibleros ecologistas inadaptados a la vida moderna. Deben de poder respirar, evolucionar, interconexionarse con otros espacios naturales y, en definitiva, tener un ecosistema lo suficientemente fuerte y estable para mantenerse vivo a largo plazo. Este es su sentido. En nuestro caso concreto: no debe de seguir ampliándose el polígono industrial de Güímar. Quiero unirme a los muchos que han abogado ya claramente por la conservación íntegra del espacio natural protegido con toda su zona de influencia de sensibilidad ecológica. Sé que hay intereses económicos. Cada caso por separado es completamente comprensible. Pero así, entre todos, y en base a que todo es justificable bajo la bandera del progreso, estamos llegando a un grado de transformación del territorio que produce preocupación. Aparte de biodiversidad, la isla va perdiendo originalidad y personalidad, que recibe en gran parte de su naturaleza y paisaje. En unos años no darán ganas ni de volver, al menos a algunas zonas. No quisiera pasar unas vacaciones en ciertas urbanizaciones ni que me las paguen. Y lo peor: sometemos también a los espacios naturales protegidos a una presión cada vez más agobiante.

¿Mala intención y ganas de destruir ? De ninguna manera. ¿Inevitable ley de vida ? No creo. Es cierto, nada es eterno, todo cambia, las comunidades de seres vivos se van sucediendo en el tiempo, y el hombre es un ser vivo que tiene derecho a crearse su propio ambiente. Pero, después de estos vertiginosos últimos 30 años, donde se ha pasado de una sociedad agraria subdesarrollada a lo que tenemos ahora (no sé como definirlo), ¿no podemos al menos tomarnos un poco de tiempo para mirar críticamente a nuestro alrededor y reflexionar sobre el rumbo que estamos tomando, reflexión que genere no sólo buenas intenciones?.

Para que estos hechos se produzcan y pueda detenerse el excesivo "consumo" de los ecosistemas naturales por parte de nuestra sociedad (llamada precisamente "de consumo"), hace falta conciencia, un poco de valentía y mucho amor por la tierra, y todo ello, en la loca carrera por el desarrollo parece que se ha quedado en el camino.

Hoy en día, después de haber eliminado ya una gran parte de los ecosistemas naturales del piso basal de Tenerife, puede que haya quien siga pensando que el mejor cardón es el cardón muerto, triturado por las cadenas de una pala mecánica. Pero muchos, y espero que cada vez más, preferimos darles el valor que se merecen y verlos vivos en su ecosistema intacto, levantando sus espinosas columnas hacia el sol como lo han hecho ya cientos de miles de años antes de que el hombre llegara a estas islas. La búsqueda de beneficios a cualquier precio, la comodidad y hasta la ignorancia no deben acabar con lo poco natural que nos va quedando.¿Se va a arrasar todo ?



Stephan Scholz





Mi pueblo. Desde el monte...hasta el mar

ANTONIO M (G.)

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Cb Calvus
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Muy bueno el articulo Tio_Gamyi .

Confieso mi ignorancia por la riqueza biológica de esos parajes, que son del estilo de los que uno ve nada mas llegar a la isla desde el aeropuerto subiendo hacia la capital, sobre todo a mano izquierda.

Y es desde esa ignorancia seguramente desde las que todos descalificamos estos parajes, tildándolos de desierto, feo, etc, etc....

Ya hasta el nombre predispone: malpaís.

Y a lo mejor esa misma ignorancia hace mas facil su destruccion ya que casi nadie lo defiende.

Pues eso: buen reportaje y animo.

saludos.  


Majadahonda (734 metros  snm), Madrid, Castilla, España, Europa...y hasta aqui puedo leer.

Tartessos

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Supercélula Tornádica
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A mí también me atrajo siempre esta denominación canaria de "malpaís" a los terrenos pedregosos y áridos, me encanta el nombre y tu reportaje.
Todo debe ser protegido, o lo que es lo mismo respetado por el hombre.
;)
Haga el tiempo que haga, siempre habrá alguien al que no le guste.
                                        

bicacaro

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Cumulus Congestus
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Ay Gamyi,poco de costa queda ya intacto más o menos en Tenerife.En tiempos del instituto nos llevaron a hacer una excursión al malpaís.Seguro que más de uno ya tiró alguna lata o plástico y pisó algún endemismo o la tomó con algún cardón.

En Bajamar,entre el club náutico y el casco había un trozo de costa casi virgen.Un barranco desemboca ahí y está muy encajado entre los terrenos que lo rodean.El fondo del barranco estaba cubierto de tarajales,cañas y demás vegetación típica.Los alrededores del barranco y acantilados,eran fincas abandonadas cubiertas de vegetación autóctona que las había reconquistado.Balos,magarzas,cardones,tabaibas,siemprevivas de la mar,etc.Me encantaba pasear por esa zona,donde veías abundantes conejos,tizones y cernícalos.
Pero todo éso ya se lo han cargado.El fondo del barranco en su desembocadura fue arrasado para que unas máquinas pudieran trabajar en la parte baja del club.Todos los terrenos entre Bajamar y el club náutico han sido arrasados para construir una  megaurbanización de adosados cutres y como siempre de muy mal gusto.Adiós tabaibas,adiós magarzas...
Cada día un paraje con encanto cae,cada día se extiende más el cáncer sin cura del adosado y la bobería humana...

:'( :'( :'( :'( :'( :'(

josillo

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Me gusta el malpaís y en general las estepas, paisajes infinitos  vírgenes, sobretodo si están bien conservadas y no se nota la mano del hombre.

Buen reportaje.