Desde mi posición ha sido un tanto más frío que los anteriores y sin la cantidad de olas de calor que hubo. El más cálido ha sido, en comparación, junio por amplio margen. Agosto diría que se ha portado incluso mejor que julio, sobre todo por los últimos días de éste. Se ha podido dormir bien por las noches incluso en Valencia y esta no va a ser una excepción. No habrá gráfica que te diga lo contrario, aunque en el resto de España la tónica haya sido bien distinta (también lo era cuando nosotros estábamos a 44 grados, que anda que no hemos tenido estíos perros de narices). Ahora bien, cuando no ha sido nada normal ni mucho menos primaveral ha sido cuando no ha caído ni un litro, es decir, de principio a fin. Es el más seco del cual tenga constancia si no de la última década, al menos de muchos años atrás. Ni un litro. Que el sitio más lluvioso de la comarca en que estuve llevase 150 litros y mi ciudad apenas levante los 100 es algo muy, muy preocupante y atípico. Ya puede venir una sarta de temporales monzónicos por aquí para triplicar en 4 meses la precipitación caída en casi 9 y cumplir con nuestra media anual. Hubo años de 700, 800 litros, otros de 300 más secos, pero nunca había visto uno tan rácano de apenas 100, y a la población no le va a sentar bien.
A nivel de temperaturas, un verano más fresco que la tónica imperante. A nivel de lluvia, nefasto. Hubiese preferido un grado más a cambio de cincuenta litros, para seros sincero.