El invierno oficial en Helsinki (en Finlandia los tres meses que van de diciembre a febrero) no ha podido inaugurarse con mejores galas. Llevamos una semanita con un palmo de nieve y, en los últimos días, los termómetros han saltado apenas los -10 en el momento en que el sol alcanzaba su cénit. Por la noche, los -20 se frisaban en el aeropuerto y se rebasaban sin miramientos en muchos de los observatorios de la "campiña" que rodea la capital.
El mar, como se ve en las fotos que se han puesto del puerto, se estaba helando en sus orillas y bahías recogidas. Esta mañana, la diferencia de temperatura entre el aire (-15 en la costa) y el agua del mar (+4) provocaba un memorable espectáculo de aguas humeantes que se depositaban en árboles y cualquier superficie blanqueándolos por completo.
Desde entonces, sin embargo, la tendencia ha cambiado: la enésima borrasca que cruza el Báltico está haciendo rolar los vientos y se pronostican hasta máximas positivas. Las precipitaciones asociadas, parece serán de nieve.